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Mouriño posee el 51% del Celta tras comprar la parte de Abanca

El presidente y máximo accionista del Celta, Carlos Mouriño, durante una comparecencia reciente.
photo_camera El presidente y máximo accionista del Celta, Carlos Mouriño, durante una comparecencia reciente.

El presidente adquirió las acciones del banco, el 24,62% del capital social, por 5,5 millones

Por primera vez desde que a mediados de 2006 asumió la presidencia del Celta, Carlos Mouriño posee más del 50% del capital social del club. El dirigente vigués ya era el máximo accionista de la entidad con un 26,72% de las acciones, según la memoria económica que el Celta presentó en la asamblea del año pasado, y a lo largo de los últimos meses llegó a un acuerdo para adquirir por 5,5 millones de euros el paquete accionarial de Abanca, que poseía un 24,62% del club. Ahora, el presidente controla el 51,29% del capital social del Celta, lo que le garantiza numéricamente una independencia en la gestión de la que ya disfrutaba de facto.
Carlos Mouriño se convirtió en el presidente del Celta después de comprar las acciones que poseía su antecesor en el cargo, Horacio Gómez, lo que le reportó el control del 39,84% de la entidad. Meses más tarde aseguró en una reveladora comparecencia que el ex presidente le había vendido una "manzana podrida". Aunque Mouriño ya era directivo con Gómez, desconocía la enormidad de una deuda que alcanzó los 85 millones de euros, según aseguró en la mencionada comparecencia.
La delicada situación económica del Celta, agravada en 2007 por el descenso a Segunda División, llevó al consejo de administración encabezado por el actual presidente a iniciar un proceso concursal en 2008 que acabó con Novagalicia Banco como segundo mayor accionista del club por detrás del propio Mouriño. La entidad bancaria, junto con la Agencia Tributaria el principal acreedor del club, eligió dos de las tres opciones estipuladas en el convenio de acreedores. Por un lado, convirtió una póliza de préstamo de 6,4 millones en un préstamo participativo de 3,2 (aplicada una quita del 50%). Por otro, capitalizó 5,5 millones de euros, opción por la que también se decantó el propio Mouriño y un grupo de ex jugadores encabezados por Diego Placente que capitalizaron 3,5 millones de euros.
Tras la denominada "operación acordeón" del Celta –después de la ampliación de capital se produjo una reducción del mismo–, el accionariado del club pasó a estar encabezado por Mouriño a través de la sociedad Moutanes S. L. con un 26,72% por delante de Novagalicia Banco (ahora Abanca) con un 24,62 y el grupo de ex jugadores (Play Internacional BV) con un 8,83%. Las acciones de Abanca y Play Internacional superaban a las de Mouriño, pero el presidente contó siempre con el apoyo de los diferentes dirigentes del banco, por lo que su independencia al frente del Celta nunca corrió peligro.
La situación cambió con la compra de Novagalicia por parte del grupo venezolano Banesco, que concluyó con el nacimiento de Abanca. Deshacerse de paquetes accionariales como el del Celta era uno de los objetivos de los nuevos dueños, que en los últimos meses llegaron a un acuerdo global con Carlos Mouriño que incluye la compraventa de esas acciones por 5,5 millones de euros. Lo llamativo es que el dirigente vigués no ha comprado los títulos a su precio actual (10 euros cada uno), sino al previo a la reducción de capital (60 euros por acción).
El acuerdo incluye además, entre otros aspectos, la compra por parte del Celta del crédito participativo que tenía con Abanca, lo que le permitió aumentar sus beneficios en las cuentas de la temporada pasada en 1,4 millones de euros, y la publicidad del banco en la equipación oficial del conjunto celeste durante las próximas tres temporadas.
Carlos Mouriño nunca ha tenido problemas para aprobar las cuentas del club ante los accionistas, pese a la crispación de sus primeras asambleas como presidente transformada después en una aprobación casi reverencial por parte de los dueños minoritarios de títulos, por lo que el hecho de que ahora maneje un 51% del capital social no cambiará significativamente su situación al frente del club. De hecho, la asamblea del próximo 2 de diciembre se presenta tan plácida como las de los últimos años. Al fin y al cabo, el Celta disfruta de un presente envidiable en el plano económico y en el deportivo.
En la junta de accionistas, el club presentará para su aprobación las cuentas de la pasada temporada, que acabó con un superávit de 5,2 millones de euros. Gracias a ello, el Celta redujo su deuda concursal en 7,1 millones para dejarla en 8,9 millones de euros a 30 de junio de 2014. Asimismo, el consejo de administración de Mouriño propondrá un presupuesto de 33 millones de euros para la temporada 2014/2015, que los responsables del club prevén acabar con un superávit de 3,6 millones de euros.
No obstante, el Celta ya sabe que sus ingresos serán superiores a los que refleja su presupuesto, ya que hay que añadir las cantidades correspondientes al traspaso de Yoel al Valencia y los porcentajes correspondientes a los movimientos de ex célticos como Diego Costa, Oriol Riera, Michu o Rodrigo.n

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