balonmano división de honor

Morir sin haber renacido

Sempere lanza a portería desde los seis metros.
photo_camera Sempere lanza a portería desde los seis metros.

El Mecalia Guardés se dejó ayer media Liga en su Inferno de A Sangriña ante el Zuazo

Morir por miedo a renacer. Es la máxima aplicable en estos casos. No es propia, pertenece a una crónica de 'L’Equipe' de hace tres décadas que asumo como favorita para definir partidos como este. Porque hay días y… días. El de ayer para el Mecalia Guardés fue uno de estos. A dos segundos del final dejó escapar media Liga, porque si perder un punto era malo, ceder los dos resulta aún peor cuando la semana próxima las guardesas visitan al campeón, Bera Bera, en Bidebieta con una desventaja de dos triunfos en la tabla. Morir de nuevo sin tan siquiera haber renacido. 
La eliminación copera ha sido más dañina de lo que un candidato al título se puede permitir, aunque en las gradas ya estaba olvidada: la peña O Inferno debe ampliar su lona con la imagen de una hoguera porque se les queda pequeña. Parecen mil. 
Fue una noche muy dura, más dolorosa que la copera. Empezó mal (1-4 al quinto minuto, con una facilidad pasmosa tras el 1-0), Estela Doiro se empeñó en enderezarla –su juego mezcló furia, fuerza y fantasía– y la noche acabó mal porque el rival armó un ataque en 10 segundos (25-25, Carmen, a 14 segundos del fin) que la defensa local afrontó como un impropio mírame y no me toques para que Ainhoa Hernández fusilara a Ezbida con solo dos segundos por jugarse. La portera acababa el encuentro hundida, consolada por Estela Carrera. La defensa había hecho aguas por incomparecencia en la acción final, incapaz de frenar un solo pase, de agarrar a una oponente, de pegarse con nadie. 
Es de esas noches que dejan cicatrices y pesadillas. Prades pedía tiempo muerto con 4:21 jugados y bramaba. El Mecalia nunca estuvo cómodo (4-6, 5-7) pero igualó (7-7). Pintó mejor cuando Estela forzó un nuevo empate (8-8) porque coincidió con las palabras de ánimo de Carrera a su compañera de portería y Meriem empezó a parar. 
El inicio de segunda parte nada modificó. El técnico alicantino del cuadro gallego mantuvo su idea de dar todo el partido a una sola portera, Mirem Ezbida, dejando sin utilizar a Carrera y Carratú (extraña decisión), y la defensa siguió aceptando no solo la fuerza de la pivote rival sino también las diabluras de la central cordobesa Alba Sánchez.
Hernández colocaba el 14-15, el Mecalia reaccionaba (18-16, min. 37) y, de repente, el partido se convertía en una montaña rusa (19-18, 19-21, 22-21). El encuentro se iba al descontrol y la ley de Murphy se alía en estos casos con quien nada tiene que perder. Doiro asumía cuando el balón quema y el rival aprieta y la grada gritaba el “ahora equipo, ahora”. Pero solo era la noche de Doiro, fantástica. El Mecalia había concedido demasiadas pérdidas de balón y precipitación y Carmen Campos comenzaba a estrellarse contra Maddi Aalla y contra sí misma, con tres ataques fallados. June marcaba de penalti (22-24, a 2:17), el técnico del Zuazo, Joseba Rodríguez se arrodillaba de espaldas para no verlo y… el Mecalia, en otro arrebato de Doiro, y con gol de Carmen Campos, igualaba (25-25). En los últimos ataques, una individual a toda pista para frenar a Alba no sirvió.

Mecalia Atl. Guardés (14+11):
 Meriem Ezbida, Sempere (5), Egozkue (3), Doiro (8), Méndez (1), Campos (2), Lorena Pérez , Sara Bravo, Kurchankova, Carrera, Buforn (2), Espiñeira, Urban (3) Gómez (1) y Carratú. 
Zuazo (14+12): 
Alba Sánchez (5), Estíbaliz Velasco (3), Ainhoa Hernández (4), Oihane Manrique, Paula Valdivia (3), Maddi Aalla, June Loidi (5), Ane Encina (1), Anne Erauskin (3), Laura Muñiz, Maddi Bengoetxea (1), Nayla de Andrés y Sladjana Perazic. 
Parciales: 
1-4, 5-6, 8-8, 9-10, 12-11, 14-14 (desc,), 17-16, 18-17, 19-19, 20-21, 22-23, 25-26.
Incidencias: 
Partido correspondiente a la décimo quinta jornada de División de Honor disputado en A Sangriña (A Guarda). 500 espectadores. 
 

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