CARLOS HUGO GARCÍA BAYÓN. Responsable de la cantera del Celta

"La hornada actual no es peor que la que tuve con Eusebio"

García Bayón charla con los entrenadores del primer y segundo equipo en Balaídos.
photo_camera García Bayón charla con los entrenadores del primer y segundo equipo en Balaídos.

Carlos Hugo García Bayón  (León, 1973) transmite ilusión y esfuerzo. Tiene fe ciega en que la cantera celeste seguirá produciendo generaciones como la que él se encontró cuando fue segundo de Eusebio Sacristán en el primer equipo, pero trabaja para que esta labor sea más profesional.

¿Readaptado ya a Vigo y a su puesto? 
Ha sido una etapa intensa, porque ha habido muchísimo trabajo en poco tiempo. Hoy en día las cosas ya están un poco más asentadas. En cuanto a mi readaptación a Vigo ha sido sencilla porque ya lo conocía y me he traído a mi familia conmigo. Y en el trabajo, con las competiciones ya iniciadas las cosas ya van tomando la forma de una estructura de semana más normal.

¿Ha habido que cambiar mucho o ha querido cambiar mucho?
No. Aquí el trabajo que se hacía era muy bueno. Los resultados han llegado por la buena labor de la gente que estuvo antes que yo aquí y la gente que sigue estando. Por lo tanto, no ha habido que cambiar. Mi intención es ir sumando cosas a lo que ya hay, pero lo que está bien no hace falta cambiarlo.

¿Se puede concretar un poco más en qué está consistiendo esa intención de sumar? 
En temas formativos hemos incidido bastante con los entrenadores. Cómo evaluar cada jugador, cómo evaluar los partidos, tipo de juego… Queremos instaurar, aunque no es de por sí una novedad sino fijar más los contenidos, esos temas formativos. 

Ya conocía el club, ¿le ha sorprendido algo?
El estado del club, mucho más estabilizado, con unos objetivos también diferentes. Cuando yo estuve aquí, estábamos en Segunda y me acuerdo que cuando logramos pasar eliminatorias de Copa y jugar contra el Atlético de repente se dio una ilusión que no veíamos en el resto de partidos. Y esa ilusión ahora se ve día a día. Ésa es la gran diferencia que he visto. De aquella era conseguir un logro y que la gente se acercase a vernos en casa. Ahora es algo más normal porque el club se lo ha ido ganando con todo ese trabajo a lo largo de los años.

¿El presidente está tan pendiente de la cantera como parece?
Más de lo que parece. Siente pasión por la cantera.

¿Y eso supone un aliciente o más presión?
Aquí nos exigimos todos mucho. Precisamente que el equipo haya crecido tanto y viva una situación como la de hoy en día se debe a la exigencia a la que cada una de las personas que hay en el club ha sido sometida y también a la autoexigencia. El presidente es el primero que se la pone a sí mismo y se la pone a sus colaboradores. Y en cuanto a la cantera, es pasión lo que siente por ella. Siempre que está en su mano se acerca a A Madroa a ver partidos, va a recibir equipos que van fuera a jugar campeonatos…

Hablando de esa exigencia, en el trabajo día a día con los chavales ¿es más importante la profesionalización o la ilusión?
Son compatibles. La ilusión es sí o sí. Lo tenemos muy hablado con los técnicos: un entrenador de la base del Celta lo primero que tiene que tener es pasión por entrenar y pasión por estar en este club. Porque es una carrera muy vocacional la nuestra. Y en cuanto a la profesionalización, cada vez está creciendo más en esta cantera y cada vez tenemos gente más preparada, con más titulación, con más experiencia. 

En Vigo, históricamente se dejó bastante de lado el tema psicológico en la cantera. Ahora ha llegado un nuevo equipo de psicólogos, ¿es una nueva apuesta por fomentar este aspecto?
El club creyó que era un aspecto que podía darnos mucho a mayores y yo soy de esa misma idea. Es un salto cualitativo el que te da atender más ese aspecto psicológico, que es tan importante en cada persona y en cada deportista en cuanto a nivel de rendimiento. Tenemos preparadores físicos, médicos, fisios, entrenadores… Pero ese aspecto de la mente nos hace enchufarnos y que todo lo demás fluya. Lo que se ha hecho es una gran apuesta.
En cuanto a cuerpos técnicos de la base, se da la circunstancia de que no hay ningún ex jugador del primer equipo responsable de algún equipo. ¿Se debe a un cambio de perfil en los técnicos?
Es circunstancial. No responde a nada especial. Porque tenemos por ejemplo a Lago y a Salva muy metidos en todo el tema de tecnificación y siguen trabajando con los chicos aunque no figuran como primeros entrenadores. Mario Bermejo está echando una mano en el cadete A, trabajando con Jorge Cuesta. Para nosotros los ex jugadores son muy importantes. De hecho tenemos una comunicación fluida con la gente del departamento de 'scouting' como Borja o Ratkovic. Son un aspecto muy importante porque tienen una experiencia que siempre se puede trasladar a los jóvenes. 

En los dos últimos años se ha logrado en esos cuerpos técnicos una continuidad en nombres que antes no era tan clara. ¿Lo valora como algo positivo?
Claro. Si las cosas funcionan, no hay que cambiarlas. Se pueden mejorar, pero no cambiarlas. La gente está trabajando muy  bien y, por lo tanto, se merece la continuidad.

Hablaba antes de su etapa como segundo entrenador del primer equipo. En esa época sacaron de la cantera una gran generación de jugadores. Ahora mismo no hay tal salida. ¿Es una cuestión de hornadas, aquella era buena y la de ahora es mala?
No. Hay que darse cuenta que en aquella época estábamos en Segunda y no luchando por los primeros puestos y ahora el Celta está en Primera y en la parte alta de la tabla. Por lo tanto, la exigencia para un chico de 19 años no es la misma, más que nada por el nivel en el que está jugando el equipo. En cuanto a exigencia pura en el plano psicológico es parecida, porque al final no deja de ser dar un salto al primer equipo con todo lo que demanda y todo el seguimiento que tiene. Pero para nada la hornada de ahora es peor que la de antes. Lo que pasa es que la exigencia es muy alta.

En la actualidad, ¿hay preocupación por el arranque del Celta B o se analiza como un proceso de aprendizaje necesario?
Si ojeas todos los filiales de Segunda B, sólo el Villarreal B está arriba. Al resto le cuesta. Más allá de eso, nosotros nos fijamos en lo nuestro y los resultados no son los que queríamos, eso a nadie de los que estamos dentro se nos escapa. Lo que sí valoramos es el trabajo que se hace día a día en el campo y  el estilo de juego que pretendemos que se lleve a cabo en cuanto a la formación de los chicos para que den el salto al primer equipo. Y todo eso está siendo bueno. Incluso diría que en cuanto al desarrollo en el campo, cómo está jugando el equipo, no es en absoluto malo. Al contrario. Hay algunas cuestiones sobre las que está trabajando el cuerpo técnico que son las que no nos permiten obtener los resultados. Pero estamos contentos con cómo se está llevando a cabo el trabajo y no tenemos dudas de que ese trabajo nos va a llevar a lograr resultados.

En ese equilibrio entre resultados y formación, en el filial supongo que el primero de ellos tiene que pesar más.
Claro. Hay once equipos pero éste es el de más nivel y el de más edad, el paso previo al primer equipo. Por lo tanto, la exigencia es mayor.

En cuanto al diseño de la plantilla, en los últimos años están llegando más jugadores ya no de fuera de Galicia sino incluso de fuera de España. ¿Se está cambiando ese diseño yendo hacia un filial del estilo del Villarreal B, sumando jugadores de fuera y no tanto de tu propia cantera?
No, no. La política es la misma: todo lo que te pueda dar la casa, la ciudad, la provincia o Galicia lo sacamos de ahí. Vamos a buscarlo y a darle prioridad total. Si consideras que con eso no llegas a donde tú quieres estar, a los niveles que quieres obtener y a las expectativas de llegar al primer equipo, tienes que seguir abriendo tu abanico. 

A esos jugadores que están llegando de fuera se les exige rendimiento inmediato y quizás necesitan más  adaptación.
No dejan de ser chicos jóvenes todos. Los de fuera necesitan un periodo de acoplamiento. Pero sabemos de la calidad que tienen y poco a poco van a funcionar.

Otro caso particular, el del juvenil de División de Honor. ¿Se plantea éste como un año difícil por el cambio generacional?
Sin duda. Es un año más difícil si esperamos que obtenga unos resultados tan espectaculares como el año pasado o hace unas generaciones. Ahora estamos con otra generación, más que nada porque de tercer año hay muy pocos y necesitan más acoplamiento. Pero tenemos mucha calidad. La circunstancia más importante que se ha dado es la de unas lesiones desafortunadas. Todas se nos han juntado en las mismas posiciones y eso ha provocado que el equipo no esté tan asentado como buscábamos. Pero el trabajo está siendo muy bueno, el entrenador y el cuerpo técnico son los mismos del año pasado, saben muy bien lo que tienen entre manos y lo único que se necesita es asentarse un poco más, recuperar esa gente que ahora mismo está lesionada y el equipo irá hacia arriba.

No se piensa en bajar a los juveniles que están con el B.
Brais sí que lo está haciendo. El resto son jugadores que están muy asentados en la plantilla del B y si lo que queremos es buscar futbolistas que cada vez crezcan más y tengan más nivel de competición, necesitamos darle el mayor nivel de oposición. Si son jugadores que están demostrando que pueden estar en una plantilla como la del Celta B y que incluso entrenan con la primera plantilla, creo que no tiene sentido hacerles jugar más abajo.

Estos días hemos podido ver trabajar con el primer equipo a muchos porteros. La cantera en este puesto parece tener salud.
Es algo que no es de ahora. Parece que es tradición que aparezcan buenos porteros en la casa. Eso dice mucho de varios aspectos: la captación que se hace, los técnicos que tenemos en la casa y también el modelo de juego. El de aquí es un modelo ofensivo en el que el portero tiene que participar mucho con los pies pero sin descuidar en ningún momento la faceta número uno que es la de parar. Estamos haciendo porteros muy completos.

Berizzo suele jugar partidillos entre semana con el filial. ¿Está siendo fluida la conexión entre primer equipo y cantera?
Totalmente fluida. Está muy integrado, pregunta de vez en cuando, cuando nos vemos, cómo van las cosas, tiene sus propias ideas y aportaciones y sobre todo con Javi Torres, su relación es totalmente fluida. Estamos muy contentos.

Ha dicho el presidente que las instalaciones son insuficientes. ¿Cómo se ven en el día a día trabajando en ellas?
Es lo que tenemos y se lleva mucho tiempo con ellas. Las instalaciones son las mismas y sin embargo queremos dar cada vez más calidad a nuestro trabajo. Por lo tanto, algo tiene que cambiar. Nosotros seguiremos trabajando con todas nuestras ganas e ilusión y sacaremos todo lo mejor de estas instalaciones, pero en el momento en que tengamos otras que se adapten más a las necesidades está claro que los resultados pueden darse con más facilidad. Pero no es ningún tipo de excusa para decir que los resultados dependerán de las instalaciones. Es algo más estratégico, más global para que nuestra cantera tenga mayor calidad.

Hablamos entonces de a medio o largo plazo…
Sí pero lo antes posible. Si hablamos de medio plazo se puede hacer muy largo. Si alguien lee esto y piensa que como es a largo plazo podemos empezar a hacerlas dentro de cinco años, no. Necesitamos que se empiece ahora para que dentro de poco las tengamos y ese proyecto a largo plazo de mejora en la cantera tenga su ejecución.

Llegó para dos temporadas. En un trabajo como éste de planificación, supongo que su idea es quedarse más tiempo.
Sí, bueno. Vamos a vernos. Las dos partes vamos a ver cómo va la cosa. Yo también soy entrenador y me siento entrenador. Queremos ver cómo van las circunstancias. Creo que las dos partes estamos contentas ahora y lo estaremos después. Ésa es mi impresión pero es un tema que se verá más adelante. Por ahora, muy tranquilo y trabajando a tope con esta gente que da cada día lo máximo.n

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