Paco Herrera recibió en su regreso a Vigo el cariño de Balaídos, que registró la peor entrada de la temporada
Paco Herrera regresó ayer a Balaídos casi dos años después de ser destituido como técnico del Celta, tiempo en el que la afición celeste no ha olvidado el peso del actual entrenador de la UD Las Palmas en la historia reciente del celtismo. Es por ello que el recibimiento fue tal y como se esperaba, con una sonora ovación y cánticos con su nombre que no tuvieron la fuerza de las grandes ocasiones por el exceso de plástico que lucían anoche las gradas de Balaídos, que registró la peor entrada de la temporada con 11.320 espectadores.
Minutos antes de que comenzase el partido, Herrera subió las escaleras que unen el túnel de vestuarios con el césped de Balaídos mientras departía con el doctor Juan José García Cota. Unos metros por delante, su segundo en Las Palmas y también en Vigo, Ángel Rodríguez, caminaba junto a Sergio, quien debutó en el primer equipo de la mano de la dupla Herrera-Rodríguez.
La afición cantaba el himno 'a cappella' precisamente en ese momento, por lo que tardó unos instantes en percatarse de la presencia del técnico en el terreno de juego. Pero, en apenas unos segundos, los aplausos comenzaron a sonar cada vez con mayor fuerza hasta que los miles de aficionados presentes ayer en Balaídos, menos que en otras ocasiones pero animosos en cualquier caso, dedicaron una sonora ovación al ayer entrenador rival. Herrera agradeció el reconocimiento aplaudiendo a su vez a la hinchada celeste, que concluyó el caluroso recibimiento dedicándole un cántico: "Paco Herrera, loló loló; Paco Herrera, loló loló"!.
Pero el cariño mostrado por la afición no se redujo exclusivamente al homenaje puntual en los prolegómenos del encuentro –que se repetiría justo antes del inicio de la segunda parte y al término del partido–, sino que tuvo continuidad en las gradas del vetusto coliseo olívico, que recordaron la etapa del técnico en Vigo con pancartas con mensajes como "Paco Herrera, el que nos devolvió a Primera" o "Benvido a casa, Paco".
Y es que la afición celeste no olvida que el ahora entrenador de Las Palmas fue quien puso fin a tres años de coqueteo con el descenso a Segunda B para en su primera temporada (2010/2011) disputar la promoción y en la segunda (2011/2012) lograr el ansiado ascenso a Primera División.
