El Coruxo se trajo ayer de Guijuelo –al margen del lote de ibéricos que los miembros de su expedición hayan podido adquirir en la ciudad del jamón– un punto de mucho valor.
Primero, porque el cuadro salmantino había contabilizado por victorias todos sus partidos en casa. Y segundo, porque el equipo de los hermanos Montes tuvo que jugar los últimos 20 minutos del choque con un hombre menos por la expulsión de Pablo Crespo. Y a pesar de todo, el equipo verde pudo conseguir un botín mayor. Antes de la expulsión, con las mejores ocasiones del partido y un Silva muy activo, que generó numerosos problemas a los defensas locales. Y después, cuando Antón de Vicente estrelló en la madera una falta directa en la última acción del partido. Entre ambos escenarios, la escuadra charra asedió sin descanso a los vigueses en busca de un gol que tampoco encontró. Es la tercera jornada consecutiva sin perder para los de O Vao.
Pese a la falta de goles, el partido fue vistoso. Dos equipos con buen trato de balón, dispuestos a hacerse daño a través de él. Eso provocó unos primeros minutos muy intensos, en los que la lucha por la posesión se volvió feroz. Cuando el Coruxo se hizo con ella, creó peligro y Silva se encontró con Zarco al cuarto de hora.
El partido entró al segundo tiempo con los dos equipos igualados y con Silva reñido con el gol tras un intento de vaselina antes del descanso. El tomiñés no dejó de intentarlo, pero tenía la pólvora mojada. Los charros empezaban a sentirse inquietos, incapaces de hilvanar juego ante la buena predisposición visitante.
Fue así hasta el minuto 70. En ese instante, Crespo se excedió en su fuerza y con la plancha por delante golpeó a Ayub. El colegiado no dudó y le mostró la tarjeta roja. Jacobo Montes tenía que rearmar la defensa y tuvo que sacrificar a Silva para dar entrada a Megía. Acto seguido el local Carlos Rubén remató abajo una peligrosa falta en el primer palo y un zaguero verde, muy atento, despejó la pelota pegado a la línea de gol.
Las tornas habían cambiado. La superioridad numérica dio al Guijuelo el aire que le había faltado durante todo el encuentro y los charros se lanzaron a por una victoria que les permitiese mantener su pleno como locales. Luque, que venía de reclamar un posible penalti, gozó de un buen chut que no cogió palos. Fuster tomó el relevo con un remate desbaratado por la muralla verde, que achicaba agua como podía, y con un pelotazo a bocajarro que el portero Alberto incluso fue capaz de atrapar ayudándose de las piernas.
En pleno sufrimiento, ya en el tiempo de añadido, el Coruxo pudo lograr un botín todavía mayor. Una falta botada de manera magistral por De Vicente se estrelló contra la madera y, tras el silencio sepulcral que generó en el Municipal, se acabó el partido.
CD Guijuelo:
Zarco, Raúl Ruíz, Razvan, Jonathan Martín, Ayala, Carlos Rubén, Ayub (Nacho Pérez, 82´), Julián Luque, Manu Suárez (Pallarés, 64´), Fuster y Carmona (James, 64´).
Coruxo FC:
Alberto Domínguez; Nacho, Lucas, Pablo Crespo, Sergio Rodríguez; Yebra, De Vicente; Mateo Míguez, Pitu (Fernando, min. 75), Juampa Barros (Jacobo Trigo, min. 84) y Silva (Megía, min. 73).
Árbitro:
Sáez Vital (Andaluz). Expulsó con tarjeta roja directa a Crespo (min. 70), del Coruxo. Amonestó con tarjeta amarilla a los jugadores locales Ayala, Martín, Razvan, Rubén, Suárez, Pallarés y a los visitantes De Vicente, Lucas, Juampa y Jacobo Trigo.
