Girona-celta

La duda en sí mismo mata al Celta

Iago Aspas, Lobotka y Cabral, cabizbajos tras recibir uno de los tres goles anotados anoche por el Girona en Montilivi.
photo_camera Iago Aspas, Lobotka y Cabral, cabizbajos tras recibir uno de los tres goles anotados anoche por el Girona en Montilivi.

El Girona acaba con la imbatibilidad de los vigueses, que caen (3-2) tras un buen comienzo. Los cambios de Mohamed  desnortaron al equipo, que sigue tercero. Marcaron Aspas y Boufal.

El Celta sufrió ayer, en la visita al Girona, su primera derrota de la temporada. Lo hizo porque no creyó en su plan inicial al recibir dos goles en otros tantos cabezazos y porque el segundo plan diseñado por Antonio Mohamed no funcionó. Con todo, el equipo sigue tercero gracias a haber peleado hasta el final por un empate que no llegó
Tiene el fútbol variedad mil de caminos. Las mejores ideas encuentran multitud de cauces: caminos largos y filosóficos, veredas luminosas sin final, atajos raudos, rotondas sin turbo o con turbo, líneas rectas, renglones torcidos... El mejor de los discursos acaba dejando al autor con la palabra en la boca y el exabrupto más inesperado alcanza gloria de 'best-seller'. Cuando mejor hilas, menos sacas; cuando menos maduras, más encuentras. La calidad individual es antidemocrática. El destino buscado siempre es el marcador, que fue el que marcó la pauta del encuentro disputado anoche por Celta y Girona en Montilivi.
Tras un susto local que sofocó Sergio. Comenzó el Celta el partido enarvolando virtudes. Como se esperaba, sin cambios en los nombres y con apenas matices en lo táctico –Pione cayó de forma más descarada, si cabe, hacia el centro para defender más por dentro, dejando a los laterales propios medirse con los ajenos, todos ellos flanqueando sendas defensas de cinco–. El juego era fluido, hasta hermoso por momentos. Todo el mundo cabía en el ecosistema de Fran Beltrán. La posesión era celeste y sólo faltó pisar más el área rival o que Pione y Maxi ajustasen sus disparos desde el borde del área.
El partido era visitante. Pero el Girona encontró un atajo. No entra demasiado tal suerte en el libreto de Eusebio Sacristán, pero quién desprecia ese botín. Aday subió por banda izquierda y sacó un centro de diestra en apariencia forzado hacia un área donde esperaban los tres centrales celestes. Nada extremadamente grave. Pero por allí estaba Stuani, excelso cabaceador, que le ganó la partida en la marca a Araujo. Un gol de la casi nada que afectó al partido y al juego de los dos contendientes.
Comenzó el Girona a sentirse cómodo. Sin algarabías, pero con  capacidad para ajustar mejor la presión elevada y para impedir que la salida del balón celeste fuese tan fluida como hasta entonces. Las áreas seguían pobladas de jugadores pero de poco balón. Hasta que una ocurrente salida de balón celeste encontró a Maxi, encantado de bajar a buscar pelotas, y acabó en falta sobre el uruguayo. Iago Aspas cogió el balón con autoridad y lo puso en el fondo de la portería local con maestría, aprovechando que la barrera tenía orden de no saltar por si el moañés probaba por abajo.
Todo parecía resetearse. Pero no fue así. Porque un saque de esquina a favor del Girona apenas tres minutos después culminó con un cabezazo de Alcalá inapelable. Una jugada preparada, con bloqueos incluidos, encontró al central local, que llegó antes que Araujo y Maxi Gómez. Otro gol en otra llegada, prácticamente la segunda.
El descanso llevó a Antonio Mohamed, tras recibir sendos goles de cabeza, a variar su apuesta con rotundidad y con sorpresa: sacó del campo a Júnior Alonso, que ejercía de lateral izquierdo, para meter a Sofiane Boufal en la banda derecha del ataque. Se desconoce qué buscaba el entrenador celeste, pero desde luego no lo encontró. Con un Girona viviendo replegado sin rubor y con acierto, al equipo vigués le quedaba intentar mover el balón con la suficiente velocidad y acierto como para descolocar las líneas locales. No lo logró en el movimiento colectivo y tampoco en la guerra individual contra el mundo del mentado Boufal, empeñado en regatear antes de pensar.
Con el equipo volcado, un balón rechazado por el Girona cayó por la zona de Roncaglia, que buscó su pierna buena y en el acomodo perdió el balón. Todavía quedada el filtro de Araujo, pero el mexicano fue demasiado blando al balón y Portu, una pesadilla por su velocidad, inició la carrera para ceder atrás a Pedro Porro, incansable, y éste prolongar para que Stuani empujase a gol. Una contra mortal.
Faltaba todavía mucho tiempo, pero el Celta no recuperó la confianza en el juego. Tampoco ayudó el segundo cambio, con Eckert dentro en lugar de Pione, porque la acumulación de delanteros no significó más remate, aunque sí que es cierto que Aspas pasó a ser el principal centrador caído a banda derecha y fuera de un área hiperpoblada. La aparición de Brais sí dio un poco más de control, aunque fuese a costa de perder a un gran Beltrán. Y, cuando se acercaba el final, el moañés descubrió la aparición de Lobotka, quien centró y halló un remate sorpresivo de Boufal que Bono no descifró. El gol dio emoción a unos últimos minutos que vivieron la expulsión de Cabral y a Araujo como delantero a la desesperada. Sin suerte.

Girona:
Bono; Pedro Porro, Pedro Alcalá, Juanpe, Bernardo Espinosa, Aday Benítez (Marc Muniesa, m. 83); Douglas Luiz, Àlex Granell, Borja García (Patrick Roberts, m. 66); Portu (Aleix García, m. 86) y Cristhian Stuani.
Celta:
Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Facundo Roncaglia, Gustavo Cabral, Néstor Araujo, Júnior Alonso (Sofiane Boufal, m.45); Fran Beltrán (Brais Méndez, m.75), Stanislav Lobotka; Iago Aspas, Maxi Gómez y Pione Sisto (Dennis Eckert, m.65).
Goles:
1-0, m.21: Cristhian Stuani; 1-1, m.34: Iago Aspas; 2-1, m. 36: Pedro Alcalá; 3-1, m.56: Cristhian Stuani; 3-2, m.86: Sofiane Boufal.
Árbitro:
Javier Alberola Rojas (Colegio castellanomanchego). Amonestó al local Douglas Luiz (m. 94) y al visitante Fran Beltrán (m. 69). Expulsó, por doble cartulina amarilla, al visitante Gustavo Cabral (m. 69 y 91).
Incidencias:
Partido disputado en el Estadio Municipal de Montilivi ante 9.849 espectadores.

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