El chapeleiro demostró ante el Córdoba su convicción de triunfar en casa pese a que varios clubes siguen sus pasos
En el primer test de pretemporada, con las consustanciales rotaciones de estos duelos, dos futbolistas del Celta estuvieron una hora –más que ningún otro– sobre el campo de Baltar el pasado sábado ante el Córdoba: David Costas y Jozabed Sánchez. Los dos salieron al campo a la media hora de juego y se quedaron hasta el final del choque. Dos futbolistas de los que, en el arranque de la temporada, entraban en el listado de examinables por el técnico, Antonio Mohamed, para determinar si finalmente se quedarán en la primera plantilla. Y los dos tuvieron un papel sobresaliente en esa prueba inicial, especialmente el central.
David Costas está madurando futbolística y personalmente a base de acumular experiencias lejos de casa. Tras su irrupción en el primer equipo de la mano de Luis Enrique Martínez en la temporada 2013/2014, en la que jugó 18 encuentros, pasó un curso con sólo tres presencias sobre el campo
–una en Liga–. La siguiente campaña la jugó cedido en el Mallorca, la primera de sus tres cesiones en Segunda. A continuación, Oviedo –desde enero– y Barcelona B. Ahora, con 23 años ya cumplidos y dos temporadas más de contrato en Vigo, quiere demostrar que ya tiene un sitio en la plantilla celeste.
Las condiciones se van dando. Sergi Gómez está a punto de cerrar su salida y Andreu Fontás también la buscará con toda probabilidad. Por lo tanto, quedarían en el plantel cuatro centrales: el propio David, Cabral, Roncaglia y el mexicano Araujo. Además, por si hubiese dudas, el canterano empezó a disiparlas ante el Córdoba.
Mantiene la capacidad y el atrevimiento para sacar el balón que atrajo a Luis Enrique y ahora le una condición física mucho más contundente que le permite pelear en el cuerpo a cuerpo con los delanteros rivales. Tiene visión para el pase corto y finura para el largo. Y tiene, sobre todo, la convicción de que "éste es mi año".
No le faltan opciones en el mercado al chapeleiro. Pero expresa su deseo de triunfar, por fin, en casa. Y, sobre todo, de que la decisión última del club no se retrase en demasía para tener claro dónde va a jugar antes de finales del próximo mes. Ante el Córdoba, demostró que por él no va a quedar el intento. Porque no quiere más cesiones y quiere seguir en el Celta.n
