CELTA

Curado del espanto continental

Berizzo, en su época de entrenador del Estudiantes de la Plata.
photo_camera Berizzo, en su época de entrenador del Estudiantes de la Plata.

Berizzo jugó con Estudiantes y O'Higgins torneos internacionales y tuvo que pulir su efecto en las ligas

Con la clasificación para la Liga Europa, el Celta deberá demostrar la próxima temporada un grado más de madurez. Las dos últimas participaciones europeas se saldaron en Liga con sendos descensos, por lo que el club está avisado del peligro de morir de éxito. De ahí que la planificación diseñada por Eduardo Berizzo sea ambiciosa, con al menos cinco refuerzos que fortalezcan la plantilla y que impidan un derrumbe en caso de problemas de lesiones o de mala racha de resultados.
El técnico argentino quiere tenerlo todo bien atado porque conoce en carne propia la dureza de tener que compaginar la competición doméstica y la continental. Y ya no sólo como jugador, sino también como técnico, ya que tanto en el Estudiantes de la Plata argentino como en el O'Higgins chileno pisó los torneos internacionales y sin demasiada fortuna.
El balance de encuentros continentales dirigidos por el ahora entrenador celeste es de cuatro victorias, ocho empates y cuatro derrotas, habiendo superado en una ocasión una fase de grupos, cayendo en otra y perdiendo las dos eliminatorias directas que disputó.  Además, en dos de las tres ocasiones esa dualidad competitiva se  vio acompañada de un mal rendimiento liguero.
La historia del Berizzo entrenador con los torneos continentales  comenzó de forma abrupta, al poco de tomar posesión del banquillo del Estudiantes de la Plata en su primera experiencia como primer entrenador. Y no de manera suave, sino en la Copa Libertadores y llevando al último campeón liguero de Argentina, el Estudiantes de la Plata. Comenzó perdiendo con Cruzeiro (5-0), pero se enmendó ganando de forma consecutiva a  Deportes Tolima y en dos ocasiones a Guaraní (1-2 y 5-1). Un empate con Tolima (1-1) le bastó para ser segundo pese a una última derrota ante Cruzeiro (0-3). Ya en octavos de final, el conjunto argentino quedó eliminado en la tanda de penaltis tras un doble empate sin goles ante el Cerro Porteño paraguayo, que se empezaba a convertir en la bestia negra de Berizzo en estos torneos continentales.
Mientras tanto, el equipo que venía de ser campeón con Alejandro Sabella en el anterior campeonato local, fue perdiendo puestos en Liga hasta que se produjo la dimisión del entrenador cuando ocupaba la décimo quinta plaza.
El Cerro Porteño volvió a cruzarse en el camino de Berizzo pronto. Porque de nuevo fue el verdugo del técnico ya en su etapa en el O'Higgins chileno cuando volvió a competir a nivel internacional, esta vez la Copa Sudamericana 2012, tras quedar tercero en la liga del país andino. Por entonces, la primera eliminatoria cruzó al bloque paraguayo con el del entrenador argentino, con empate a tres en tierras chilenas y un doloroso 4-0 en Paraguay.
Aunque la experiencia fue breve, también, como sucedió con el Estudiantes, pareció tener un efecto negativo sobre el equipo en Liga. Porque el O'Higgins, pese a un buen comienzo, no logró entrar en una dinámica positiva y acabó décimo cuarto en el torneo Clausura 2012. Al curso siguiente, ya sin despistes continentales, logró el histórico título liguero que le permitió a Berizzo regresar a la Copa Libertadores en su edición de 2014.
Para entonces, la gestión de la convivencia de dos competiciones mejoró. Cierto es que el equipo chileno no logró superar la fase de grupos, pero no lo es menos que en Liga el equipo sí mantuvo el nivel para acabar tercero y, además, ganar la Supercopa de Chile con la que Berizzo se despidió del O'Higgins.
En la Libertadores, el equipo quedó encuadrado en un grupo de cuatro en el que, cómo no, estaba el Cerro Porteño, que acabaría liderándolo para pasar a la siguiente fase junto al Lanús. El O'Higgins se quedó a un punto tras lograr una victoria (1-0 al Deportivo Cali), una derrota (3-1 ante Cerro Porteño) y hasta cuatro empates: uno con Cali (1-1), otro con Cerro Porteño (2-2) y dos con Lanús, el primero a domicilio (0-0) y el último de ellos (también 0-0) en la última jornada en Rancagua, cuando una victoria daría el pase a los chilenos en un partido en el que el ahora también céltico Pablo Hernández acabaría expulsado.

Cinco años de su día más difícil como técnico

Eduardo Berizzo suele repetir que en esto de ser técnico todavía está por los primeros capítulos. Y no le falta razón, porque hace poco más de un lustro que asumió un equipo como primer entrenador. Y ayer, precisamente, se cumplieron cinco años de su momento más complicado hasta la fecha: el día que decidió presentar su dimisión en el Estudiantes de la Plata, su primer equipo.
Fue aquella una experiencia curtidora. El Toto, que hasta entonces sólo tenía la experiencia en los banquillos de ser el segundo de Marcelo Bielsa en la selección chilena, llegó al por entonces campeón argentino tras la espantada de Sabella apenas unos días antes de comenzar la temporada. Y sin tiempo para plasmar sus ideas, tuvo que afrontar la exigencia máxima en Liga y en la Copa Libertadores. Tras un comienzo aceptable, el equipo entró en barrena, cayendo eliminado del torneo continental y encadenando nueve jornadas ligueras sin ganar.
El 28 de mayo de 2011, Estudiantes perdió en casa ante Independiente (0-2) y a la mañana siguiente, Berizzo se reunió con la directiva del club argentino para presentar su dimisión, cobrando únicamente hasta el último partido dirigido y condonando el resto del contrato. Una primera experiencia de apenas cuatro meses que no frenó la carrera de Berizzo, brillante después en el O'Higgins chileno (2012-2014) y ahora en el Celta.

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