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Brillaron las ausencias en Balaídos

El céltico Emre Mor recibe una falta del visitante Trigueros en el partido disputado ayer en el estadio de Balaídos.
photo_camera El céltico Emre Mor recibe una falta del visitante Trigueros en el partido disputado ayer en el estadio de Balaídos.

El fútbol control del Villarreal y la ausencia de Iago Aspas neutralizaron ayer a un Celta lento, previsible y que, en las escasas ocasiones en que logró romper la defensa visitante no encontró rematador o se encontró con los palos de la portería de Sergio Asenjo. Con la entrada de Emre Mor en la segunda parte, el equipo de Unzué dio mayor sensación de peligro, pero en lugar de artillería, los vigueses utilizaron fuegos artificiales.

Sin Aspas y sin Mallo
El Celta recibió al Villarreal sin los dos futbolistas en mejor forma de toda la plantilla, Hugo Mallo y Iago Aspas, y notó en exceso esas ausencias, sobre todo la del moañés. Al equipo celeste le faltó ayer la imaginación, la velocidad, los cambios de ritmo y, por supuesto, el gol que aporta Aspas. Su lugar en la banda derecha lo ocupó el canterano Brais Méndez, que no estuvo muy acertado y fue sustituido por Emre Mor en el descanso. Unzué volvió a demostrar su falta de confianza en Roncaglia y eligió de nuevo a Wass para suplir a Mallo en el lateral derecho de una defensa a la que volvió Sergi Gómez en detrimento de Fontás. Al centro del campo regresó Jozabed, que fue de más a mucho menos, y en la delantera Maxi Gómez apenas recibió balones y Pione Sisto se mostró inocuo al recibir la pelota demasiado lejos de donde puede hacer daño y emborracharse de regates más de lo habitual.

Posesión sin profundidad
Los primeros veinte minutos del partido fueron una sucesión de largas posesiones –sobre todo del Celta pero también del Villarreal– lentas y en horizontal, casi siempre lejos de las áreas. La única jugada de peligro celeste la inició Jonny en el minuto 16 con un cambio de orientación hacia Wass. El danés envió un centro al área, Jozabed controló la pelota de espaldas a la portería, chutó a la media y Sergio Asenjo se lució con una gran parada. El balón llegó a Brais Méndez y su posterior remate pegó en el palo tras rebotar en un defensa.

Diez minutos amarillos
El Villarreal, muy bien posicionado en el campo, empezó contemporizando pero en cuanto se soltó un poco en ataque, generó dos ocasiones claras y el gol en apenas diez minutos. Rubén detuvo un disparo de Jaume Costa y se lució en un remate raso y ajustado al palo de Trigueros tras un resbalón de Jonny en el área que pudo costarle muy caro al Celta. Y en el 34, Bacca recibió en la izquierda, sentó a Wass con un quiebro y centró al corazón del área, donde Fornals, viniendo desde atrás y sin marcador, remató de cabeza en plancha a la red, imposible para Rubén. El gol dejó noqueado al Celta, que hasta el descanso sólo creó una ocasión en una contra iniciada por Lobotka que terminó con centro de Wass y remate de Maxi. Detuvo Asenjo.
La solución Emre Mor
Tras el descanso, Unzué dejó a Brais en la caseta y puso en el campo a Emre Mor. El turco empezó con ganas y a los dos minutos recibió una falta en la frontal del área que Wass no aprovechó. El Celta encerró al Villarreal en su campo durante casi toda la segunda parte, pero sin crear demasiado peligro. En el minuto 72, el técnico celeste hizo un doble cambio: retiró a Pione Sisto y a Jozabed para dar entrada a Guidetti y a Radoja. El Celta pasó a dominar definitivamente el centro del campo y en el 73 dispuso de una buena ocasión para empatar. Lobotka, sin duda el más destacado en las filas locales, recuperó un balón, cedió al Tucu y el chileno prolongó para Emre Mor, que lanzó un disparo dentro del área que repelió de nuevo el palo. El conjunto celeste lo intentó pero echó de menos a Aspas. Sin el moañés todo resulta más difícil. 

Buen arbitraje de Estrada Fernández en general

Poco se puede decir del arbitraje de Xavier Estrada Fernández ayer en Balaídos, lo cual siempre es positivo. El colegiado catalán hizo un buen trabajo: siguió el juego de cerca, apenas cometió errores de apreciación y se mostró comedido con las tarjetas. A todo ello contribuyeron dos equipos, Celta y Villarreal, que se centraron en jugar al fútbol durante casi todo el encuentro y no dieron problemas. Como además no hubo acciones polémicas o dudosas –salvo una caída de Emre Mor dentro del área en el minuto 75 que el árbitro no señaló como penalti con buen criterio–, Estrada Fernández pudo irse satisfecho de su arbitraje.
El catalán sólo mostró cuatro amarillas, tres al Villarreal y una al Celta, todas merecidas. En el minuto 12, amonestó a Fornals por una entrada por detrás a Jozabed; en el 63, Jaume Costa se llevó la amarilla por derribar a Emre Mor al borde del área; y en el 80, Trigueros vio la tarjeta por otra falta sobre Mor. En las filas viguesas, Jonny fue amonestado por cortar una contra visitante en falta. 

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