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Agrio duelo entre Celta y Sporting por el frustrado viaje de la mareona

La afición sportinguista ha visto frustrado su viaje a Vigo.
photo_camera La afición sportinguista ha visto frustrado su viaje a Vigo.

El club asturiano acusa de "menosprecio" hacia sus seguidores al vigués, que remite a la normativa de seguridad

Hace diez días, las reducidas dimensiones de Balaídos por las obras de remodelación del estadio le trajeron al Celta problemas con sus propios aficionados al no poder vender más de 630 entradas para el derbi debido a que en el encuentro de la segunda vuelta no podrá ofrecer más a los seguidores del Deportivo. Pues ahora, el mismo problema le ha causado al club céltico un más que serio desencuentro con su rival del próximo sábado, el Sporting de Gijón, con cruce de comunicados y seria amenaza de ruptura de relaciones, ya que la directiva gijonesa no acudirá a Balaídos este fin de semana como medida de protesta.
La decisión tomada el lunes por el Celta de no vender entradas a los aficionados gijoneses ha ocasionado un enorme malestar ya no sólo en los seguidores del Sporting, sino también en su directiva, ávida de encontrar la manera de acercarse a su afición. De ahí que la polémica que explotó ayer se iniciase con un comunicado oficial del Sporting en el que mostraba su "desacuerdo total con las medidas adoptadas (...) para la venta de entradas". Para los consejeros sportinguistas, la determinación céltica de vender sólo entradas a sus propios aficionados "supone un veto y un menosprecio a una afición tan señorial y deportiva como es la del Real Sporting, por lo que se ha instado a dicho Club a que deje sin efecto de forma urgente dicha medida". Y remacha deseando que en Praza de España se dé un paso atrás y que "dicha rectificación se produzca de forma y manera inmediata, antes de tomar cualquier otra decisión".
Con dicho escrito a la vista, la reacción del Celta no fue precisamente la de dar un paso atrás, sino que dio dos adelante con su propio comunicado en términos no menos duros. El club vigués acusa al Sporting de padecer un "absoluto desconocimiento de la normativa aplicable a la venta de las entradas a la afición visitante" y argumenta que se comunicó a Gijón "con antelación suficiente" que las obras en el estadio sólo permitían ofrecer 200 entradas para una zona acotada. A esta aclaración, se contesta, según la versión celeste, fuera de plazo y vía fax el pasado viernes explicando que "en un principio no vamos a recepcionar las 200 entradas ya que al tener más de 2.000 peticiones nos resulta imposible hacer una distribución adecuada".
De forma paralela, el Celta explica que "los organismos correspondientes" le informaron de que se estaban preparando "desplazamientos masivos de aficionados del Real Sporting (...), entre los cuales, de forma minoritaria, naturalmente, puede haber grupos calificados como violentos por lo que se solicitan la adopción de las medidas oportunas". A partir de ahí, el club vigués afirma que, "por nomativa", no puede vender entradas a los aficionados gijoneses y denuncia que en el comunicado sportinguista "evidentemente, por desconocimiento, vierten unas aseveraciones totalmente inapropiadas". Por último, aclara que "aquellos aficionados con entradas que se desplacen serán acogidos de la mejor manera posible en su zona acotada, y aquellos aficionados que porten camisetas, banderas o cualquier símbolo distintivo y que no vayan estrictamente a la zona designada no se les permitirá el acceso".
Como no hay dos sin tres, a las diez y media de la noche de ayer el Sporting emitió un nuevo comunicado en que anunció que no habrá representación institucional del club en Balaídos este sábado y que la afición celeste sí dispondrá, en el choque de la segunda vuelta "de las entradas que precisen en la medida de nuestra disponibilidad". En este escrito, el club gijonés asegura que ya el 30 de septiembre se puso en contacto con el Celta para tratar del desplazamiento y que el 13 de octubre se le contestó que habrían "unas 300 localidades" para, después, el 18 de noviembre, reducir dicho número a 200 exigiendo, según el club asturiano, la identificación de todos ellos y afirmando ya que el resto de entradas serían para la afición local.
Aseguran, además, que conocen la normativa y que ésta obliga a disponer de una grada visitante con la que el Celta no cuenta "por las razones que ellos conocerán", y que por esta razón rechazaron gestionar las 200 entradas dejándolo en manos del propio Celta para permitir un desembarco "sin ninguna restricción de acceso, como nos consta pactaron con otros clubes cuyas aficiones se desplazaron o se desplazarán en mayor número".
Por último, acusan al Celta de que limitar la venta a sus aficionados "puede suponer una vulneración del artículo 14 de la Constitución Española, y del artículo 2.2 c) de la Ley 19/2007 contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el deporte", y amenazan con dejar "constancia ante las instancias oportunas" de este hecho.n 

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