CELTA-REAL SOCIEDAD

94 minutos son muchos minutos

Pablo Hernández fue el primer cambio del Celta y no aportó lo que se necesitaba de él.
photo_camera Pablo Hernández fue el primer cambio del Celta y no aportó lo que se necesitaba de él.

Al Celta se le están haciendo largos los partidos. Tiene momentos de fútbol casi sublime, aunque no resolutivos en exceso, pero acaba pagando los esfuerzos.

El gol, punto y aparte
No estuvo cómodo el Celta en el inicio del partido. La Real Sociedad le discutió el papel que siempre quiere asumir: el de protagonista, el de dominador del balón, el de equipo presionante en campo contrario. Y los célticos no lograban crear peligro con velocidad en los pases, su recurso más utilizado. Pero llegó el punto y aparte. El tanto de Orellana convirtió todas las dudas en certezas. El equipo local comenzó a tener el balón, a moverlo con criterio y acierto y a acumular llegadas a la portería contraria. Del Celta con más dudas en lo que va de temporada se pasó al más estético del curso. El punto y aparte del gol.

El recurso del contragolpe
Eduardo Berizzo tiene un plan principal, pero no único. De la Real alabó en las horas previas su capacidad para realizar planteamientos tácticos diferentes según vaya el partido. Pero su equipo también demostró tener ese recurso: cuando el equipo no funcionaba, un saque de esquina en contra se convirtió en un contragolpe con gol incluido. Álex López le dio coherencia de salida, Orellana supo cambiar el juego, Nolito –aunque a trompicones– abrió el juego al desmarque en la banda izquierda de Krohn-Dehli y el danés sacó un gran centro que encontró la cabeza y la fe de Orellana. La contra como recurso.

La espalda de Larrivey
La Real Sociedad tenía claro que Larrivey no podía girarse, estuviese en la zona del campo donde estuviese. Porque ese punto de apoyo táctico provoca que el Celta vuele. Cierto es que el desequilibrio lo dan Nolito y Orellana, con sus internadas, y Krohn, con sus pases, pero el juego sin balón del nueve es básico. Y si encima marca...

Presencia en el área rival
Berizzo no quiere un equipo que maree el balón, por muy estético que sea, y no pise el área rival. Cuando el equipo domina, las opciones en el áera se multiplican. Cuando lo hace menos, Larrivey es la referencia allí, junto a Álex López llegando desde atrás y Orellana o Nolito la buscan según cuál sea la banda por donde se ataca.
El bajón físico
Es una obviedad, pero muy trascendente. El esfuerzo físico al que  obliga el sistema céltico a los jugadores se acaba pagando en las segundas partes. Pasó ante el Córdoba y se acusó al calor. Pero ayer se repitió, esta vez por la noche, aunque también con bochorno veraniego. El bajón del equipo en la última media hora cambió el sentido del partido y permitió la igualada de la Real.
La valentía de Arrasate
Con el 2-0 a favor del Celta, Jagoba Arrasate le echó valor. Sus cambios, unidos al desgaste físico de los locales, provocó un cambio de tendencia. Con Chory Castro y Agirretxe en el campo, el conjunto donostiarra se plantó en la mitad del campo celeste y puso en aprietos a Sergio con constantes llegadas. El tanto del empate llegó de rebote, pero pudo haber llegado antes de mil formas.
Berizzo retrasa los cambios
Eduardo Berizzo es metódico en los cambios y no suele apurarse, a pesar de que el equipo celeste mostrarse signos de cansancio cuando todavía restaba media hora. Metió a Pablo Hernández, que no se hizo notar, y después a Sergi Gómez obligado por la lesión de Cabral. Y el tercer cambio no lo hizo hasta  los últimos diez minutos y volvió a sacar a Larrivey por Charles. El aire llegó tarde.n

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