Portugal blinda por ley la línea de alta velocidad Lisboa-Oporto-Vigo

El Gobierno luso presenta su plan con una inversión ya de 5.000 millones para la “espina dorsal” hasta Vigo. Contempla cuatro frecuencias diarias hasta la estación de Urzaiz con una hora de viaje a Oporto en 2030. El Ejecutivo español aún no concretó presupuestos ni plazos para el tramo hasta la frontera

JTA

Publicado: 19 nov 2022 - 00:00 Actualizado: 19 nov 2022 - 20:28

El Tren Celta Vigo-Oporto, estacionado con un moderno Alvia en la terminal de Vigo-Guixar.
El Tren Celta Vigo-Oporto, estacionado con un moderno Alvia en la terminal de Vigo-Guixar.

Portugal ha pasado de las palabras a los hechos con la presentación del Plan nacional Ferroviario que define la línea de alta velocidad Lisboa-Oporto-Vigo como “la espina dorsal” de la red ferroviaria lusa. Y lo hace, dos semanas después de la Cumbre Ibérica, donde el Gobierno de Antonio Costa insistió en su propuesta, que por parte de España se zanjó con encargar un estudio de viabilidad. Con todo, el plan abre la puerta a unir también Oporto con Madrid a través de la frontera con Salamanca.

La propuesta del Gobierno vecino supondrá la inversión inicial de 900 millones de euros y más de 5.000 millones para el desarrollo completo, con el tramo de Oporto a Lisboa. Una vez definido, el siguiente pasó será blindar todo el proceso para que no haya marcha atrás, como un asunto de Estado, y eso pasa por convertir dicho plan en una ley previo paso por la Asamblea de la república, que será el siguiente paso, un trámite, ya que el Ejecutivo cuenta con mayoría absoluta.

En todo caso, la planificación mantiene como actuación prioritaria el desarrollo de la línea Oporto-Vigo, a pesar de la preferencia mostrada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez por la conexión entre Lisboa y Madrid. La construcción de la línea de Oporto a Vigo tendría que estar lista, en el tramo portugués, en 2030, y se divide en dos fases, una primera fase, entre Oporto y Soure, que se construirá entre 2024 y 2028, y la segunda hasta Valença. Incluye también conectar Oporto con su aeropuerto dentro de la misma línea, con la idea de que sea posible para cualquier gallego llegar hasta el Sá Carneiro con rapidez para hacerlo aún más central de la eurorregion. El objetivo es reducir las 2 horas y 20 minutos del viaje en el obsoleto Tren Celta que parte de Guixar a poco más de una hora hasta Urzaiz en el viaje desde Oporto con parada en Braga, o una hora y cuarto con paradas intermedias rápidas en Trofa, Familiçao, Nine, Braga y Valença. La línea está considerada como de servicio regular, lo que implica un mínimo de cuatro trayectos por día en cada sentido. Para todo esto, eso sí, es necesario que se desarrolle la infraestructura también en Galicia. Según el Gobierno español, se hará, aunque apunta al horizonte en 2040. Y exige ejecutar la famosa salida sur ferroviaria de Vigo, compleja, larga de desarrollar y cara, no menos de 600 millones.

Portugal lo tiene claro y así lo dijo el presidente del Instituto da Mobilidade, Joao Caetano, quien presentó el plan y aseguró que las líneas de alta velocidad Oporto-Lisboa y Oporto-Vigo constituyen la “estructuración de la espina dorsal” de la red lusa. “Permite estructurar todo el eje atlántico, donde se concentra la mayor parte de la población portuguesa, y es indispensable para todo lo demás, casi diría que el plan ferroviario no tendría sentido sin hacer esto primero, y que todo el plan ferroviario es coherente con los planes para las actuaciones en previstas en la próxima década”. El programa de inversiones de Portugal (Programa Nacional de Inversiones hasta 2030) fijó para estas actuaciones una inversión de 900 millones, que se complementaría con la adquisición de material rodante por valor de 650 millones y con la nueva línea entre Oporto y Lisboa, que se llevará unos 4.500 millones.

La conexión de Lisboa con Madrid aparece también reflejada a medio plazo

Las conexiones de alta velocidad con Madrid también aparecen contempladas en la hoja de ruta del tren portugués, pero, a diferencia de lo que sucede con Vigo, figuran sin fecha para su desarrollo, posterior a 2030. Es el caso del enlace de Oporto con Salamanca y Madrid desde Aveiro, pasando por Viseu y Guarda, que dejaría la segunda ciudad lusa a tres horas de la capital española: no aparece en el mapa de 2030, sino que figura solamente en un escenario final de pleno desarrollo de los servicios de alta velocidad que, se sobreentiende, ocurriría más tarde. Sí que aparece, en cambio, la línea Lisboa-Madrid por Badajoz, por la que apuesta claramente el Gobierno español, pero no el portugués, que prefiere la conexión con Galicia. Y por eso se incluye como un trayecto de servicio limitado. Las dos líneas de pasajeros Aveiro-Madrid y Lisboa-Madrid se encuentran en un escenario final de pleno desarrollo de la alta velocidad, pero sin fecha concreta. Lisboa, Oporto, Coimbra, Leiria, Évora y Faro están entre las diez grandes ciudades lusas que podrían unirse por alta velocidad con una red que permitiría conexiones por tren con hasta 28 centros urbanos en todo el país. El plan prevé también la creación de un nuevo trayecto sobre el Tajo que permitirá agilizar las conexiones entre Lisboa y el sur del país.

Los ejes principales de la iniciativa han sido ya comprometidos por el Ejecutivo del socialista Antonio Costa. El objetivo del plan es garantizar la movilidad interna con condiciones para que en 2050, cuando Europa marcó el límite para alcanzar la neutralidad carbónica, el país pueda prescindir de los vuelos domésticos y el trayecto de Lisboa a Oporto se realice básicamente en tren.

En el lado español, al menos diez años de ejecución

La propuesta será sometida a un debate público antes de ser sometida al Parlamento. No obstante, está pendiente de la evaluación ambiental, que debe dar luz verde a los distintos trazados. En cualquier caso, representa la propuesta del Gobierno portugués, presentada en público por el ministro de Infraestructuras y por el propio António Costa. Por su parte, el Gobierno español no ha fijado plazos ni presupuesto para ejecutar su parte y solo dio su visto bueno a poner en marcha los primeros pasos. Construir de Tui a Vigo, con la estación de Urzaiz pasante, exigirá diez años de trámites y obras.

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