“Los pictogramas no bastan para comunicarse con un niño autista”

“Las familias con niños que tienen un trastorno del espectro autistaestamos muy acostumbradas a utilizar pictogramas para la comunicación, pero funciona sobre todo para pedir cosas, quiero comer o quiero nadar, limita mucho. Yo quiero que cuando mi hijo venga del cole me diga cómo le fue. Por eso padres y profesionales tenemos que ser conscientes de que existen herramientas que facilitan una mayor comunicación”. Esto afirma Patricia López, la presidenta de la asociación Peques Azules. La entidad celebró ayer en el Marco una jornada formativa titulada “Comunicación Aumentativa y Alternativa: un camino hacia la voz propia” que contó con la colaboración del Concello. Subrayan que son tecnologías que se usan en patologías con problemas motores y que mantienen la capacidad cognitiva, pero consideran que debe reivindicarse su extensión al autismo porque los usuarios pueden aprender y beneficiarse de esta opción. “Es alternativa para los que no tienen habla y aumentativa si eres preverbal (usan pocas palabras) y quieres tener un poco más de comunicación”, señala.

Tanto Patricia López como Julieta Fernández, la vicepresidenta de la asociación, defienden que la comunicación permite a estos niños mejorar su inserción en la vida cotidiana y tener una vida autónoma, “que puedan decir lo que quieran o lo que sienten, y aumentar su autonomía en el futuro, porque los padres no somos eternos”.

La jornada fue impartida por la maestra pedagoga terapéutica Alba Pérez y la logopeda Vanesa Currás. Explicaron este sistema alternativo de comunicación, diferente al oral, que se apoya en una tablet y un software, facilita la comunicación. El sistema incluye el uso de tableros con más o menos pictogramas al inicio y cuenta con carpetas para ir añadiendo vocabulario. “Tienen un teclado porque lo ideal es que se pueda llegar a la escritura y decir todo lo que te apetezca, no solo lo que aparece configurado”, explican. En la charla desterraron mitos sobre este sistema que ayuda en el desarrollo del lenguaje y no limita el habla, además de explicar cómo funciona.

Preguntada por los resultados, Vanesa Currás asegura que este sistema “cambia todo, pasan de la comunicación al lenguaje, pueden transmitir lo que quieran, entiendes mucho más y reduce las conductas negativas que aparecen porque no son capaces de decir algo”. A su vez, Alba Pérez asegura que alumnos suyos que empezaron a usarlo hace cuatro o cinco años ahora escriben, tienen blogs y hablan de derechos humanos y participación social con 10 años. “Pasaron de no ser capaces de expresarse a hablar de derechos humanos”, indica.

Según un estudio realizado por la Confederación Autismo España, en el curso 2022-2023 había 78.063 estudiantes con trastorno del espectro autista en España, mientras que en el curso 2011-2012 eran solo 19.023.