Ofensiva callejera en Vigo contra locales eróticos y clientes del sexo
La asociación feminista As Furias empapela marquesinas, bancos, paredes, farolas: “Fóra violadores de nosos barrios”
Varias zonas de Vigo amanecieron esta semana literalmente empapeladas con carteles en contra del proxenetismo y de los clientes de servicios sexuales. Con el mensaje de “fóra violadores dos nosos barrios”, esta ofensiva llamó la atención de vecinos y viandantes. Marquesinas de autobuses, bancos, paredes o farolas hacían referencia a varios establecimientos de servicios eróticos así como a los clientes que publican sus reseñas en internet.
Detrás de esta campaña se encuentra la asociación feminista y abolicionista As Furias, que publicó las imágenes en redes sociales reivindicando la expulsión de los “puteros” y calificando este tipo de negocios de proxenetismo.
Los carteles han ido apareciendo en las calles donde se sitúan locales de masajes eróticos de la ciudad, como Rosalía de Castro o San Amaro, haciéndose eco en ellos de los comentarios que los clientes realizan después de pasar por los establecimientos, tanto con comentarios negativos por no haber cumplido con las expectativas, como positivos en referencia, por ejemplo, a las mujeres “siempre hay varias chicas para elegir y los masajes son a fondo”.
La iniciativa ha tenido decenas de respuestas en redes de personas que apoyan la abolición de la prostitución y que se preguntan por qué estos negocios son legales.
La prostitución como tal no está contemplada en la ley, ni como una actividad ilegal ni como legal, por lo que ni sus clientes ni negocios pueden ser perseguibles a menos que se produzcan los supuestos incluidos en el Código Penal. Sí es delito hacer negocio con la prostitución de una persona utilizando el engaño, la superioridad, la intimidación o la violencia así como cuando esta sea menor, tenga discapacidad o se encuentre en una situación de vulnerabilidad personal o económica aun cuando dé su consentimiento.
Es estos apartados en los que la Policía puede actuar y en Vigo lo hace con contundencia. Solo en el último año han sido desarticuladas varias redes de explotación sexual de mujeres que habían sido captadas en su país de origen para ejercer la prostitución en la ciudad, clausurados locales y detenidas varios presuntos responsables. El arresto más reciente tuvo lugar en agosto, cuando se clausuró un prostíbulo donde las mujeres estaban en situaciones paupérrimas de salubridad.
El Congreso tiró por tierra este año la ley del Gobierno para acabar con la prostitución y el proxenetismo en todas sus formas, al no prosperar una normativa que dividió no solo a las fuerzas políticas sino a las propias trabajadoras del sexo, mientras colectivos feministas lamentaron el retroceso.
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