La obra de la Avenida de Madrid, en cinco fases para facilitar el tráfico: durará tres años

Reforma

Los trabajos comenzarán con las redes subterráneas y en horario nocturno para más tarde retirar las tercianas, renovar las aceras y las calzadas, que provocarán más cortes

Tráfico de vehículos circulando por la Avenida de Madrid a su paso por San Roque.
Tráfico de vehículos circulando por la Avenida de Madrid a su paso por San Roque. | Vicente Alonso

La transformación de la Avenida de Madrid, la principal vía de entrada y salida de Vigo por volumen de tráfico, se prepara ya para comenzar tras casi una década después de ser anunciada. Tras adjudicar la obra, el inicio de los trabajos se prevé inminente y se prolongarán durante casi tres años.

Los trabajos comenzarán bajo tierra, con las tuberías de agua y saneamiento que cruzan la avenida en puntos como las proximidades de la calle Loureiro o la zona cercana al río Lagares. Estas intervenciones, que requieren excavaciones profundas, se realizarán principalmente de noche para minimizar molestias, aunque obligarán a cerrar temporalmente carriles en las vías de servicio y, en algunos tramos concretos como el comprendido entre la calle Vicente Risco y Loureiro, incluso a desviar todo el tráfico hacia las vías laterales durante periodos controlados.

A medida que avancen los trabajos, desaparecerán las franjas laterales que separan las calzadas principales de las vías de servicio -las llamadas tercianas- y se construirán nuevos sistemas de drenaje que eviten inundaciones. Esta fase afectará especialmente a los conductores, ya que se reducirá temporalmente el espacio disponible: los carriles principales pasarán de 3,25 a 3,15 metros de ancho, mientras que en zonas como el tramo inicial (entre Plaza España y la calle Vicente Risco) el tráfico se reorganizará utilizando espacios que antes eran de aparcamiento, donde no se podrá estacionar durante las obras.

El corazón de la avenida también cambiará. La mediana central se ensanchará, un trabajo que requerirá ajustar el espacio disponible y que coincidirá con la renovación completa de las aceras. En esta etapa, los peatones verán cómo se instalan pasarelas provisionales para garantizar su seguridad mientras se excava para renovar los servicios subterráneos.

Habrá desvíos en los momentos más complejos

En la siguiente fase será cuando algunas calles transversales como la calle Conde Gondomar o Loureiro experimenten cierres nocturnos puntuales -siempre con alternativas señalizadas- para permitir la instalación de nuevas tuberías que crucen bajo estas vías. En el tramo cercano a la estación de autobuses, las conexiones con la Avenida Antonio Palacios y la Avenida Gregorio Espino sufrirán cortes puntuales. El tráfico se desviará entonces por calles como la calle de Papuxa o la de Emilia Pardo Bazán, con itinerarios alternativos que rondarán los 1,5 kilómetros y unos cinco minutos adicionales.

La fase final concluirá con la renovación completa del pavimento. Por las noches, se alternarán cortes en distintos carriles mientras máquinas especializadas retiran el asfalto desgastado para colocar una nueva capa de rodadura más silenciosa y resistente. Será el momento también de pintar las modernas marcas viales que guiarán a los conductores en la avenida remodelada.

Se mantendrán abiertos cuatro carriles durante las horas punta

A lo largo de todo el proceso, los técnicos han diseñado un sistema de desvíos que prioriza mantener la circulación -aunque sea de forma más lenta- antes que los cierres totales. Eso sí, en momentos puntuales y especialmente en horario nocturno, algunos tramos quedarán completamente cortados para permitir trabajos especialmente complejos.

Con todo, el Concello se comprometió a que en las horas punta tendrán que estar abiertos cuatro carriles de la vía, debido a la cantidad de tráfico que transita por esta vía, el principal acceso y salida de la ciudad por número de vehículos, con alrededor de 20 millones de trayectos al año.

Los técnicos recuerdan en el proyecto que, aunque el plan está minuciosamente estudiado, factores como hallazgos inesperados durante las excavaciones o condiciones meteorológicas adversas podrían obligar a ajustar algunos plazos. Por eso, recomiendan consultar regularmente los canales oficiales para conocer las últimas novedades en una obra que, cuando termine, habrá transformado por completo la principal puerta de entrada a Vigo.

El presupuesto total de la obra supera los 15,8 millones de euros, repartidos en tres años. Sin embargo, la oferta ganadora supondrá un ahorro para las arcas municipales, ya que el precio final del contrato será de 13,5 millones de euros, casi 2,4 millones menos que el presupuesto inicial. Este año se se prevé la menor inversión, con la mitad de los rescursos reservados para 2025 y unos 5 millones para 2026. La reforma mejorará un tramo de 2,37 kilómetros de esta vía, para hacerla más segura y accesible.

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