Un jurado popular ‘maniatado', unánime, declara culpable al acusado del crimen de Areal

Crimen de Areal

Los miembros del tribunal consideraron sin fisuras que David Macía mató al profesor Benito Torreiro y que dilapidó sus cuentas. Será condenado a 11 años y medio de cárcel

Publicado: 14 oct 2024 - 19:23 Actualizado: 15 oct 2024 - 09:02

David Macía, tras escuchar el veredicto del jurado que le declaró culpable, deja el tribunal rumbo a la cárcel. // J.V. Landín
David Macía, tras escuchar el veredicto del jurado que le declaró culpable, deja el tribunal rumbo a la cárcel. // J.V. Landín

No hubo sorpresas ni dudas. El jurado popular puso ayer fin a un juicio innecesariamente largo, por el crimen del profesor Benito Torreiro de 69 años en su piso de la calle Areal con un veredicto de consolación, pero unánime: culpable de homicidio y estafa. Los nueve miembros del tribunal hicieron lo que les dejaron hacer, contestar a las seis preguntas de perogrullo, pues carecían de controversia alguna, y lo hicieron de forma rápida y eficaz. La gran cantidad de pruebas que demostraban que David Macía, de 24, mató a la víctima permitieron al jurado fundamentar sus respuestas y hacerlo sin ninguna voz en contra.

Durante la lectura del veredicto, la presidenta leyó en voz alta cómo quedó probado no solo la muerte (fijada de antemano de homicidio) sino también la estafa continuada y cómo “usurpó la identidad” de la víctima para abrir una cuenta a su nombre, aunque tampoco el delito de usurpación de identidad estaba sobre la mesa.

El final estaba acordado desde el inicio y, aunque el presidente del tribunal había dicho a los jurados que deberían discernir si el pago de la responsabilidad civil era atenuante para el delito, finalmente la pregunta que tuvieron que responder al respecto fue simplemente si David Macía hizo frente al pago de la indemnización. Los 38.000 euros famosos que le han permitido una condena mínima por un crimen con más de once golpes en la cabeza y hundimiento de cráneo además de 21 puñaladas.

Pero no era Rambo, como sostuvo el fiscal, solo que no sabía matar y probó hasta que lo consiguió. El razonamiento para justificar un acuerdo de mínimos evitó tener que celebrar una vista donde probar o no un asesinato con alevosía y ensañamiento y, donde ni siquiera llegaron a mostrarse las armas del crimen.

No había opciones para un jurado que se comportó de forma impecable, haciendo las preguntas incómodas que en un juicio con acuerdo previo no podían hacerse y siendo unánime en su oposición a que el acusado, que con el tiempo que lleva en prisión provisional ya podría en breve solicitar permisos, goce de libertad condicional o de indulto.

Finalmente, tal y como se había adelantado desde el inicio, el joven será condenado a 11 años y medio de cárcel (10 y medio por homicidio y otro más por la estafa continuada) por mérito del abogado de la defensa (que pese a su trabajo de tres años y un gran resultado solo cobrará unos 800 euros en el mejor de los casos al ser de oficio) y demérito de la Fiscalía al suscribir un acuerdo donde la carga de prueba era abrumadora.

La vista, que tuvo que celebrarse porque así lo dice la ley aunque con un jurado atado de pies y manos, ha supuesto un coste a la Administración cercano a los 5.000 euros.

“Eres joven y puedes comenzar de nuevo, limpio”

Pese a que David Macía ha permanecido callado e impasible durante todo el juicio, que se ha prolongado a lo largo de ocho sesiones, ayer se dirigió al presidente del tribunal con un “muchas gracias”. Fue al finalizar la vista, de vuelta a la prisión de A Lama, cuando el magistrado le deseó suerte para que, tras cumplir la pena, “puedas comenzar una nueva vida, ya limpio, eres joven”.

El acusado entró en prisión provisional con 21 años y lleva casi tres. Con tres cuartas partes de la condena, es decir con otros cuatro años más podría obtener el tercer grado.

Nunca se sabrá exactamente qué ocurrió aquellas Navidades de 2021 entre el joven y su víctima, a los que les separaban casi 50 años. El acusado reconoció que mató al profesor pero dijo que no sabía por qué. La Fiscalía sospecha que el móvil fue económico, que Benito Torreiro debió de amenazarle con llamar a la Policía tras percatarse de que hizo uso de sus tarjetas y que después se produjo una discusión. Pero como dijo el representante del Ministerio Público eso solo es una conjetura.

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