Investigan el impacto del estilo de vida en la demencia
Sanidad
Los institutos de investigación sanitaria de Vigo y Santiago unieron sus fuerzas para encontrar herramientas que permitan anticipar el diagnóstico de Alzheimer
Investigadores de Vigo y Santiago completarán el próximo año un proyecto para detectar el Alzheimer muchos años antes de que aparezcan los síntomas, apoyándose en una tecnología puntera, y para demostrar también cómo los estilos de vida impactan en la aparición del deterioro cognitivo.
En el estudio participan 150 personas mayores que viven en ocho residencias gallegas de la empresa Domusvi, entre ellas la de Cangas.
Se trata del proyecto Cognisance, que une dos trabajos: uno que lidera Roberto Agis Balboa, del grupo de investigación traslacional en Enfermedades Neurológicas del IDIS (Santiago) basado en biomarcadores en sangre, y otro que encabeza César Veiga, del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur, más centrado en el uso de Inteligencia Artificial para mejorar la precisión en el diagnóstico y pronóstico de estas patologías.
Los mayores se dividieron en tres grupos: los que están sanos, los que tienen deterioro cognitivo leve y los que ya tienen deterioro severo o demencia. A todos ellos les hicieron extracciones de sangre, entre otras pruebas clínicas para medir factores como la memoria o el aprendizaje y para conocer mejor la situación del paciente (si se mueven, si duermen bien, si van al baño y muchos otros parámetros). En el segundo año ya se detectaron cambios en personas que estaban sanas y pasaron a deterioro leve o que pasaron de leve al grupo de los severos. Esta situación permite a los investigadores analizar a nivel molecular los cambios que se producen en ciertas proteínas y los microARN (contolan qué genes se activan o desactivan en las células) y aportar biomarcadores que permitan detectar esos cambios en fases muy tempranas y tomar decisiones para evitar la enfermedad.
El Alzheimer puede comenzar 20 o 30 años antes de dar la cara y se suele diagnosticar cuando hay síntomas y está en fase avanzada. Sin embargo, treinta años antes ya hay biomarcadores alterados en el paciente y es lo que buscan los investigadores.
El IDIS estudia las proteínas con una tecnología para la detección de biomarcadores en fluidos biológicos que se conoce como Simoa, que es mil veces más potente que la técnica Elisa y que solo existe en seis centros de toda España. La ventaja es que detecta biomarcadores en cantidades ínfimas (a nivel femtomolar). Además, hacen secuenciación con técnicas ómicas. Con estos resultados y con los datos clínicos del paciente, los algoritmos de la Inteligencia Artificial realizan una estratificación precisa de los pacientes y predicen su evolución en próximos años.
Del Alzheimer se sabe que solo en el 1% o el 2% de los casos es genético y que los factores ambientales tienen mucho peso. De ahí el interés por estudiar cómo impacta el estilo de vida (alimentación, ejercicio, tabaco, relaciones sociales, etc) a nivel molecular y en la posible aparición de deterioro cognitivo. La secuencia genética es la misma, pero se trata de demostrar cambios en la expresión de los genes (se pueden potenciar o inhibir).
La investigación, que aspiran a que se pueda replicar con otras cohortes de pacientes, ayudará a anticipar las decisiones médicas. Roberto Agis señala que la Medicina debería invertir más en prevención, porque además de evitar que las personas enfermen es más barato que el tratamiento de las patologías. Tras realizar largas estancias en EEUU y Alemania, Agis trabajó en el Galicia Sur, con sede en el Cunqueiro, antes de lograr una plaza en el IDIS.
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