Disparidad en institutos y colegios de Vigo por el libro digital y el de papel

Educación

Frente a la renuncia de algunos centros al programa E-Dixgal, otros sostienen que “es un complemento necesario a los libros de texto”

Estudiantes del IES República Oriental do Uruguai en una de las clases en las que utilizan E-Dixgal.
Estudiantes del IES República Oriental do Uruguai en una de las clases en las que utilizan E-Dixgal.

El programa E-Dixgal de la Xunta para introducir la digitalización en las aulas de colegios e institutos está más en tela de juicio que nunca. Mientras crecen las organizaciones de padres y madres preocupadas por el exceso de exposición a las pantallas de sus hijos y países punteros en materia de educación como Suecia se replantean parte de su estrategia de digitalización en las escuelas, al menos dos centros vigueses han renunciado a seguir implantando este programa en sus clases debido a su impacto en las notas. En cambio, en otros han optado por ampliar el alcance de la digitalización a más cursos, convencidos de que, con el enfoque adecuado, el uso de las nuevas tecnologías en la educación tiene más ventajas que inconvenientes.

Un ejemplo del primer caso es el del IES Coruxo, instituto que el año pasado, y tras cinco de experiencia con el programa E-Dixgal, decidió, a instancias de su claustro, abandonar la implementación de estas nuevas tecnologías en el aula. Su actual directora, Cristina Soto –que no estaba en el cargo el curso pasado, cuando se tomó la decisión– explica que “nos salimos porque los profesores vieron que las pantallas no les hacían bien”. Según las experiencias de este centro, “nos dimos cuenta de que las notas bajaron y no resultó positivo en ningún aspecto porque a la mínima los niños se ponían a jugar a videojuegos o a mandarse mensajes en clase”. Además, notaron que algunos de los alumnos estaban “distraídos y dispersos” y que otros incluso “dormían menos” por llevarse estos ordenadores a casa, según cuentan en el propio centro.

"Un recurso más"

La experiencia y los resultados son completamente opuestos en el IES República Oriental de Uruguai, en el barrio de Teis. Allí, el claustro acordó recientemente ampliar la cobertura del programa E-Dixgal a los alumnos de 3º y 4º de la ESO, ya que hasta ahora sólo se aplicaba en 1º y 2º. La coordinadora de este proyecto en el centro, Emma Janeiro, explica tajantemente de que el ordenador es “un recurso más” para trabajar en el aula porque “no sustituye al libro de texto” y que es “el primer paso hacia la igualdad de oportunidades en el alumnado porque independientemente de su situación económica todos pueden tener acceso a la digitalización”. Se trata, en suma, de “un cambio metodológico”, como apunta la propia docente, que indica que la posibilidad de contar con los ordenadores (que cuentan con un software dedicado a la educación y en el que no se pueden instalar programas nuevos) implica que “el alumnado puede hacer otro tipo de actividades mientras se trabajan las competencias digitales, como desarrollar una mentalidad crítica a través de la búsqueda y contraste de la información en internet”.

El director de este instituto, Emilio Gómez, subraya que “hay profesores que optan por usar E-Dixgal y otros que no, y los que lo hacemos no estamos todo el día con el ordenador. La idea de que los alumnos están seis horas delante de la pantalla es completamente errónea, las clases magistrales de siempre siguen, pero tenemos estos materiales como apoyo”.

Janeiro reconoce que este nuevo programa puede suponer “un esfuerzo extra para el profesorado porque debe familiarizarse con otro tipo de actividades a desarrollar en el aula”, pero que por eso mismo se trata de un proyecto a largo plazo que requerirá la adaptación tanto del alumnado como del cuerpo docente: “E-Dixgal no sólo es un libro digital, va un paso más allá porque pone al alumno como creador de recursos informáticos y de contenido”. Además, esta profesora recalca la importancia de estas competencias digitales que hoy en día no están tan implantadas en el alumnado: “La ventana al mundo de los jóvenes ya no es el ordenador, sino el móvil, pero cuando llegan a su vida laboral van a tener que utilizar uno sí o sí”.

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