“A Déborah la mataron y se manipularon muchas pruebas”, dice el abogado

Caso Déborah

El abogado de la familia, Ramón Pérez Amoedo, incide en que “nunca se habría reabierto el caso si no hubiera indicios de delito” y se habría dictado archivo libre (definitivo) no provisional

La hermana de Déborah y Pérez Amoedo, en una inspección del lugar donde apareció Déborah.
La hermana de Déborah y Pérez Amoedo, en una inspección del lugar donde apareció Déborah.

Tras haberse resuelto el último recurso pendiente, la familia de Déborah Fernández, la joven hallada muerta en una cuneta en 2002, espera de forma inminente la firmeza del auto que decretó el archivo provisional de la causa. Casi cinco años después de la reapertura de la investigación judicial y 22 desde que ocurrieron los hechos, uno de los abogados de la familia de la víctima, Ramón Pérez Amoedo (Maio Legal) incide en que a día de hoy hay dos certezas: que a Déborah la mataron y que se ocultaron y manipularon pruebas lo que impidió llegar hasta su asesino, que “anda suelto”.

Según afirma, la última resolución del juzgado rechazando la petición de la defensa del que fuera investigado de introducir como causa de la muerte “indeterminada” “simplemente expresa que no existe un supuesto legal para realizar un complemento a dicho auto cuya conclusión no cambiaría". Explica que “mantiene la posibilidad del homicidio y también de la muerte súbita, aunque está claro que si no hubiera indicios de delito nunca se habría reabierto la causa y el archivo de la misma hubiera sido libre (definitivo) y no provisional". Es más, “ninguna de las partes solicitó ese tipo de sobreseimiento”.

“Déborah no se pudo desnudar, ni lavar 19 horas después de muerta, ni trasladarse a 50 kilómetros, eso es un hecho que nadie puede poner en duda”, señala el letrado, quien considera que “durante estos años nos hemos encontrado con un disco duro del ordenador borrado, un móvil sin tarjeta SIM, un listado desaparecido de las llamadas del investigado y las 28 que aparecen en blanco en el listado de Déborah, además de varios testimonios que han aparecido ofreciendo versiones diferentes, además de otras muchas negligencias que no han permitido llegar hasta el asesino”. El letrado recuerda además que la causa se reabrió “por una prueba de ADN, dos nuevos testimonios, y un atestado policial del nuevo grupo que llegaba a una conclusión, la misma que los equipos anteriores".

El sumario “demuestra que no hubo linchamiento”

La estrategia de la defensa del exnovio, “muy lícita” , según el letrado, “ha ido dirigida a blanquear lo que le hicieron a Déborah, poniendo en duda la manipulación del ordenador, el informe del forense Aitor Curiel o queriendo que se especificara muerte indeterminada en el auto. Pérez Amoedo quiso dejar claro que “nunca hubo un linchamiento público contra esta persona y así se demostrará cuando se conozca el sumario. Nosotros fuimos los que propusimos una lista extensísima de nombres para investigar, un cribado masivo y otras muchas diligencias, son los reiterados atestados policiales quienes coinciden en sus conclusiones”.

Por su parte, la familia, a través de redes sociales, mostró su sorpresa por el recurso interpuesto por el exnovio, preguntándose por qué se insiste en oscurecer la verdad sobre la muerte de Déborah, “ ¿acaso no se considera que fue asesinada a pesar de las circunstancias?, ¿qué motiva a alguien que decía quererla tanto a actuar de esa manera?, tal vez, lo único que importa es limpiar la propia imagen”.

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