La asociación Alento en Vigo: “El daño cerebral tiene secuelas invisibles y afecta a toda la familia"
Dos de cada tres casos se producen como consecuencia de un ictus. En la provincia se estima que hay unos 3.000 afectados
Las secuelas invisibles centraron ayer los actos del Día del Daño Cerebral, que celebró la asociación Alento en su sede de Navia con sus más de cien usuarios. El daño cerebral es el resultado de una lesión súbita en el cerebro que produce secuelas físicas, psíquicas y sensoriales. En la provincia hay 3.000 afectados y es la primera causa de discapacidad en España.
Desde Alento explican que las secuelas físicas son más fáciles de reconocer por la sociedad. “Es más fácil que empaticen con una persona que va en silla de ruedas, a la que pueden ayudar a subir un escalón o una pendiente, que con una persona que tiene secuelas cognitivas y tiene problemas de memoria, lentitud en el procesamiento mental o dificultades de planificación. Esa persona está físicamente bien y tiene una conversación normal, pero sufre secuelas que pueden ser tan incapacitantes como llevar una silla de ruedas”, explica el director gerente de Alento, Gonzalo Mira. Comentarios como “antes era muy trabajador y ahora es un vago”, “antes me saludaba y ahora no”o “tuviste un ictus y mira que bien está” son un reflejo de esa falta de conocimiento sobre las secuelas invisibles.
Por otro lado, la asociación hizo ayer un llamamiento para que se incluya a la familia como beneficiaria del proceso de atención y no solo como colaboradora. “Tenemos que poner al mismo nivel a la persona que sufre un daño cerebral y a su familia porque la gran secuela es que se rompe un proyecto de vida individual y familiar, hay que volver a generar un proyecto de vida ilusionante qu permita el crecimiento de la persona afectada y de su familia”, señala. Explica que si una persona que es el sustento de la familia sufre un daño cerebral se produce una ruptura laboral y de ingresos, también se producen cambios de rol de tal forma que el que era cuidador se convierte en cuidado, y los hijos pasan un proceso de duelo porque su padre no es el mismo de antes y tienen que adaptarse. Las familias se asoman a un abismo de trámites legales, con los seguros, la dependencia, la discapacidad, adaptar la casa, buscar rehabilitación, la pérdida de ingresos".
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