Condena en Vigo por atracar un banco a mano armada
El individuo, natural de Ourense, de 67 años, y con antecedentes, maniató con bridas a un cliente. Fue detenido ‘in fraganti’
Un veterano atracador, con varias condenas a sus espaldas, sumó una más ayer por el asalto con un arma simulada a una sucursal bancaria de Soutomaior en febrero de este mismo año. Los hechos, que fueron reconocidos en una vista por conformidad celebrada ayer en el Penal 3 de Vigo, tuvieron lugar sobre las 13:50 horas en una oficina del banco Santander. El asaltante, de 66 años y natural de Ourense, accedió a la oficina disfrazado con una peluca, una barba postiza y una gafas de pasta.
Una vez en el interior, exhibió al director del banco y a un cliente, una pistola simulada y al más puro estilo de los 80 les amenazó asegurando que “era un atraco, si no lo jodéis no os pasará nada, pero si hacéis algo, al empleado lo mataré”.
Con la pistola en mano (similar a una real), los condujo a ambos a la parte trasera de la sucursal, donde llegó a inmovilizar al cliente con bridas, atándole las manos a la espalda y ordenándole que se quedara tumbado en el suelo. Mientras, ordenó al director abrir la caja fuerte y la del cajero automático, cogiendo un botín de 7.095 euros en billetes, que después metió en una bolsa negra que portaba. Se encontraba a la espera de la apertura de la caja fuerte cuando una patrulla de la Guardia Civil de Soutomaior, que había sido alertada del atraco, tiraba por tierra sus planes, deteniéndole ‘in fraganti’ y recuperando el dinero que ya había cogido.
El relato de hechos de la Fiscalía, que fue reconocido por el acusado, afirma que se trasladó al lugar con un vehículo de alquiler, un Opel Corsa, al que había colocado previamente una matrícula de otro coche. A pesar de tenerlo en principio todo planeado, los agentes frustraron el golpe.
El representante del Ministerio Público solicitaba inicialmente tres años y cinco meses de prisión por un delito de robo con intimidación y otros dos años más y multa por falsedad en documento oficial, sin embargo, un acuerdo de conformidad permitió rebajar la pena.
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