La condena a una ‘madame’ abre la puerta a nuevos juicios en Vigo

Regentaba dos casas de citas, una en un chalé de la Avenida del Aeropuerto y otra en Poio, en la que ofrecía servicios sexuales a los clientes, que practicaban mujeres alojadas en dichas viviendas. Ella fijaba el precio de dichos servicios, los horarios y la disponibilidad de las mujeres y se quedaba con cerca del 50% de sus beneficios.

La ‘madame’ que dirigía estos negocios y que se ocupó de traer desde Portugal a Vigo a una de las jóvenes, de la que abusó de su situación de necesidad económica, al estar irregular y sin arraigo, manteniéndola en el ejercicio de la prostitución, con condiciones abusivas de horarios (24 horas), sin descanso, bajo presiones e incitándola a que vendiera droga al cliente y de paso a consumirla ella también para poder aguantar los servicios de larga duración. Todo ello en condiciones de habitabilidad y alojamiento indignas e insalubres en el sótano, compartiendo cama y sin luz ni ventilación.

Así se desprendía de la primera sentencia condenatoria por uno de los tres grandes operativos policiales llevados a cabo en Vigo y su área contra clubes y pisos de supuesta explotación sexual a mujeres, llevados a cabo entre 2021 y 2022 y que ha abierto la puerta a la celebración nuevos juicios.

Dicha condena se saldó con una conformidad que quedó en penas mínimas, dos años de prisión por un delito de explotación de la prostitución en situación de vulnerabilidad y con imposición de condiciones abusivas, gravosas y desproporcionadas y una multa de 180 euros por favorecimiento de la estancia ilegal con ánimo de lucro. El juzgado además acordó la suspensión de la ejecución de la pena de prisión después de que la condenada abonara la responsabilidad civil lo que le valió la atenuante de reparación del daño.

Las otras dos grandes investigaciones judiciales siguen todavía en instrucción, una por un caso similar en chalés de lujo y otra contra varios clubes y pisos en el área que en su momento llevó a los presuntos líderes a pisar la prisión y que se saldó con veinte investigados.

Aunque ya se llevaron a cabo prácticamente todas las diligencias, entre ellas los interrogatorios a investigados y testigos protegidos, las causas siguen dilatándose en el tiempo, una baza que favorece a las defensas a los implicados. En este tiempo, los clubes y chalés fueron desprecintados y alquilados de nuevo.