Los comuneros de Teis premian a Greenpeace por su apoyo
La ONG destaca la “perseverancia y compromiso” del colectivo vecinal para recuperar el monte y su biodiversidad
La organización ecologista Greenpeacerecibió este fin de semana un reconocimiento por el apoyo que realizaron durante veinte años a la Comunidad Vecinal de Montes en Man Común de Teis. La entrega se produjo durante la celebración del 25 aniversario de esta comunidad de montes, que logró un exitoso ejemplo de transformación de un espacio degradado en un refugio de biodiversidad.
La jornada festiva, que tuvo lugar en el monte comunal de A Madroa el sábado por la tarde, contó con actividades para todas las edades con juegos tradicionales, foliada, un concierto de la banda del multifacético Tonhito de Poi y el homenaje a cuatro entidades que respaldaron el trabajo de la Comunidad durante este cuarto de siglo, entre las que se incluye la ONG.
“Me emociona que los comuneros de Teis se sientan en deuda con nosotros y nos quieran dar las gracias. Pero el reconocimiento solo puede ser mutuo. Para mí, y para Greenpeace, la labor de esta comunidad es un ejemplo a seguir y fue una honra poder formar parte del proyecto”, declaró Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de la ONG, cuando subió a recoger el reconocimiento. “La historia de la Madroa es una historia de éxito, de como la perseverancia y el compromiso de los Comuneros con el medio ambiente y la identidad local pueden revertir un monte infectado por especies invasoras y en mal estado sanitario en un bosque atlántico gallego con especies autóctonas. Gracias a ellos por hacer este milagro posible”.
La organización ecologista hizo una colecta entre sus socios en 1998 para ayudar a financiar, junto a otras entidades, un programa de recuperación del genuíno bosque autóctono de A Madroa y durante los años siguientes decenas de personas socias y voluntarias de Greenpeace colaboraron en diversos momentos en los trabajos de regeneración. Casi un cuarto de siglo después, ese rodal del área periurbana viguesa es “un hermoso bosque de castaños, robles, acebos, madroños, laureles de tamaños considerables, que demuestra que otra política forestal es posible”.
Según explicaron,es también una prueba fehaciente de que es posible restaurar los montes gallegos, aumentar su resiliencia frente al fuego y recuperar su valiosa biodiversidad. No en vano, en los últimos años especies como el ciervo volante, el corzo e incluso el halcón peregrino han vuelto a frecuentar la zona.
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