Ante el clima provocado por las nuevas restricciones europeas, el ministro español de Agricultura y Pesca, Luis Planas, aseguró que “la demonización del arrastre de fondo como tal no tiene sentido, tenemos que ver cuáles son las modalidades afectadas y entiendo la preocupación que existe en el sector, por lo que estamos en contacto continúo tanto con cofradías como con Cepesca”. Planas reiteró que el sector pesquero “va años por delante” que otros sectores en sostenibilidad y lamentó que al estar al final de la legislatura en la Comisión Europea han “llegado las prisas”.
Precisamente el arrastre de fondo también está centrando las campañas de los grupos ecologistas en los últimos años. Pero a veces estas actuaciones van más allá. Una de las últimas intervenciones de Greenpeace busca tratar de impedir que esta pesca se pueda realizar lanzando rocas de gran tamaño al fondo del mar. Según ellos mismos explican, el objetivo es que “sus redes no puedan arrastrar el lecho marino, arrasando con todo a su paso, ya que se quedarían enganchadas en estas piedras”.
El grupo ecologista considera que esta es una fórmula “muy efectiva de blindar de manera inmediata y segura algunas Áreas Marinas Protegidas contra los grandes buques arrastreros”. Desde la ONG señalan que anotan y comunican la ubicación exacta de estos grandes bloques de granito, de manera que los buques sepan dónde están y no puedan superar sus líneas “para garantizar la protección de estas zonas y la seguridad”.
