Los "campeones" de Discamino se emocionan a su paso por Guetaria

Voluntarios y personas con discapacidad realizan una gran ruta perimetral de casi 5.000 kilómetros por la Península Ibérica

Familiares y amigos saludan con una pancarta a los usuarios en Figueres.
Familiares y amigos saludan con una pancarta a los usuarios en Figueres.

Mucho antes del estreno de la primera película de “Campeones”, en Vigo ya se había creado un colectivo, Discamino, liderado por Javier Pitillas, que trata de ayudar a personas con alguna discapacidad física, mental o sensorial a hacer realidad su sueño, en este caso la práctica deportiva en triciclo-tándem. El colectivo, formado por más de 40 pilotos voluntarios y 150 usuarios, nació en agosto de 2009 y supuso una gran oportunidad para que personas con discapacidad hagan deporte, vivan aventuras, socialicen y lo pasen en grande, eso sí con el esfuerzo que exige esta práctica. Desde entonces protagonizaron múltiples rutas, como el Camino de Santiago en todas sus versiones, incluida la ruta francesa desde Roncesvalles o la de la Plata desde Sevilla. Pero desde el 14 de julio ruedan en el mayor reto de estos años, la Perimetral Ibérica, unos 5.000 kilómetros alrededor de España y Portugal, con ciclistas que completarán todo el camino y otros que lo harán en tramos.

Uno de los ciclistas fijos es Pablo Paz, un moañés que sufrió un ictus y que en su día fue campeón de España en una competición de traineras con su equipo de toda la vida, el Tirán. El ictus cambió su vida, por poco no lo cuenta, pero salió adelante con mucha rehabilitación y desde hace tres años vuelve a sentirse deportista con Discamino, “enfrentando retos, entrenamientos organizados y con el sufrimiento que conlleva ese afán de superación”. El grupo llegó ya al Cantábrico, salieron a primera hora de San Sebastián y recorrieron kilómetros hasta Ondarroa. Pablo Paz se emocionó al pasar por la costa de Guetaria, donde compitió tantas veces en remo y donde habían marcado aquel hito histórico. “Es una alegría enorme volver a pasar por aquí 20 años después y hacerlo de nuevo practicando deporte”, dijo a sus compañeros.

Su bicicleta está adaptada a su discapacidad. El ictus le paralizó el lateral izquierdo del cuerpo, no puede mover el brazo por lo que lleva siempre la mano en el bolsillo y al caminar arrastra la pierna, por lo que pedalea con la derecha. Para andar en bici le modificaron el manillar para que tenga los dos frenos en el lado derecho y le colocaron un saliente para apoyar el brazo. Es un usuario, pero no se conforma con esto, hace en múltiples ocasiones de piloto llevando delante a compañeros con una discapacidad mayor que la suya. Según dicen quienes conviven con él, es una persona que siempre quiere ayudar. Cuando se baja de la bici está pendiente de todo, de llevar una maleta, ayudar a servir la comida o lo que toque. En esta ruta hizo de piloto la mitad de los días, en el camino francés fue piloto los 800 kilómetros.

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