Batacazo en Povisa con la fuga de 3.153 pacientes al Cunqueiro
Sanidad
Este trasvase supone la mayor pérdida de la última década y deja al hospital concertado con una población concertada de 116.000 personas, la menor de su historia
Ribera Povisa está en horas bajas, tras sufrir la mayor fuga de pacientes desde hace una década, cuando se abrió por primera vez la posibilidad de solicitar un cambio de hospital en el área sanitaria de Vigo. Una vez al año, normalmente durante el mes de octubre, se abre el plazo para la población del Morrazo, del Val Miñor y para los que tienen su médico de cabecera en los centros de salud de Coia, Bouzas, Coruxo, Navia, López Mora, Pintor Colmeiro, Nicolás Peña, Rosalía y Beiramar.
Este año el número de pacientes de Povisa que llamaron a las puertas del Álvaro Cunqueiro se multiplicó por dos con respecto al año pasado.
El hospital concertado de la calle Salamanca perdió 3.474 pacientes, que solicitaron ser atendidos de ahora en adelante por los hospitales públicos (Cunqueiro, Meixoeiro y Nicolás Peña). La pérdida se queda en 3.153 pacientes, porque hay que restar a los recién llegados, un total de 321 personas que decidieron pasarse del Cunqueiro a Povisa.
El centro concertado había alcanzado este año su cifra más baja de pacientes, unas 119.000 personas, y ahora quedará por debajo de las 116.000, un umbral nunca visto. El concierto contemplaba asignar a este hospital un mínimo de 120.000 pacientes y un máximo de 139.000. Este máximo se había alcanzado tras la apertura del Cunqueiro, cuando se registró el mayor volumen de pacientes de la sanidad pública que decidieron pasarse a Povisa, más de 3.000.
Una explicación de la actual fuga masiva podría estar en la precaria situación del hospital, que tuvo pérdidas todos y cada uno de los años del actual concierto, firmado en el año 2014, y los recortes que esto pudo suponer en su funcionamiento. Además, el centro médico está en una situación de impasse con su concierto prorrogado de forma extraordinaria hasta finales de este año mientras se negocia un nuevo acuerdo con el Sergas, una situación que lo mantiene atado de pies y manos a la hora de afrontar nuevos gastos.
Facultativos y enfermeras del centro concertado se fueron a otros hospitales
La Consellería de Sanidade lleva meses negociando un nuevo concierto con el grupo Ribera para prestar cobertura sanitaria a cerca del 20% de la población del área, a los que ofrece consultas médicas, operaciones quirúrgicas, hospitalización, pruebas diagnósticas y terapéuticas, y el servicio de Urgencias. El anterior acuerdo, que costó varios años de negociación, resultó ser leonino para el hospital concertado porque en lugar de pagar por la actividad realizada a partir de ahí se abonaba un canon por paciente independientemente de la actividad que necesitase. Una de las quejas del hospital era que contaba con muchos pacientes mayores, que suelen demandar más atención y recursos, y solicitaba que se tuviera en cuenta este hecho. En los últimos meses, a raíz de las sucesivas prórrogas del concierto, se aprobaron mejoras millonarias para sostener a Povisa (más dinero por paciente, el pago de implantes quirúrgicos y de fármacos de alto impacto, entre otros), una posibilidad que según aseguran estaba en una de las cláusulas del concierto. Después del verano, Ribera Povisa pidió al Sergas que le garantizasen el reequilibrio económico-financiero. Sanidade estaba estudiando la cartera de servicios que se incluirá en el nuevo contrato.
En paralelo, el centro médico de la calle Salamanca sufrió también la marcha de médicos y enfermeras a otros hospitales, entre ellos Vithas Fátima, en busca de mejores condiciones.
Este fenómeno comenzó tras la llegada del grupo Ribera con nuevo dueño y nuevo estilo. Se fueron médicos de los servicios de Dermatología, Anestesia, Cirugía Plástica, Neurología, Urgencias y Cardiología, así como un buen número de enfermeras.
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