La asociación contra el cáncer ayudó a cientos de fumadores
SANIDAD
Durante la pandemia muchas personas dieron el paso de dejar el tabaco por las limitaciones que se impusieron a nivel social y que lo hicieron más incomódo
La Asociación Española contra el Cáncer ayudó a cientos de personas de las áreas sanitarias de Vigo y Pontevedra a dejar de fumar.
La entidad convoca desde hace más de una década seis ediciones al año del curso de deshabituación tabáquica, que es gratuito y al que puede acceder cualquier ciudadano mayor de 18 años sin necesidad de ser un paciente oncológico.
El programa dura siete semanas, se imparte en grupos reducidos de unas diez personas y en Vigo está dirigido por la psicóloga de la asociación, Loreto Puente. Precisamente el próximo día 1 de febrero comienza una nueva edición con fumadores dispuestos a intentarlo. Durante la pandemia se mantuvo de forma online, pero salvo ese paréntesis las sesiones son presenciales en la sede que tiene la asociación en Ronda de Don Bosco.
La tasa de éxito que tiene el programa es del 60% de los participantes que terminan dejando el tabaco, aunque varía en cada curso. Una vez concluido el curso, la asociación llama por teléfono a los participantes a los tres y a los seis meses para preguntarles si se mantienen.
Muchas personas dan el paso por motivos de salud, otros porque ya lo intentaron en otras ocasiones y se lo plantean de nuevo, y a raíz de la pandemia se apuntaron personas que querían dejar de fumar porque cada vez hay más limitaciones para poder hacerlo en su entorno social, según explicó la psicóloga. “El consumo de tabaco está muy asociado a una conducta social, si en el espacio en el que tomo café me tengo que apartar eso acaba generando un descenso”. Reconoce que también la ley antitabaco había bajado el número de fumadores y que se venía de un contexto en el que se podía fumar en cualquier sitio, incluida la consulta del médico o el colegio.
Por otro lado, apunta que aunque ahora la gente empieza antes a fumar también adelanta la edad a la que lo quieren dejar, con candidatos de 35 y 40 años por ejemplo. En el curso tienen alumnos desde los 35 hasta los 70 años.
Uno de los factores que tienen en cuenta a la hora de iniciar el programa es la motivación y señala que en la pandemia fue un poco más difícil de conseguir porque la irrupción del virus aumentó la crispación y la ansiedad en todo el mundo. Aun así ayudaron a contrarrestarlo. Recuerda que la nicotina es una droga que llega muy rápido al cerebro y que por eso genera una fuerte adicción. Para luchar contra la ansiedad que produce dejar el tabaco durante las primeras semanas la psicóloga les proporciona una serie de estrategias destinadas a controlar ese impulso de encender el pitillo, entre otras herramientas.
La norma que veta el tabaco en terrazas podría quedarse
La pandemia introdujo hace más de un año una nueva prohibición relacionada con el tabaco en todos sus formatos, desde los cigarrillos hasta los dispositivos para vapear, porque de un día para otro varias comunidades autónomas entre ellas Galicia impidieron fumar en las terrazas de los locales de hostelería para evitar contagios dado que el virus se transmite por aerosoles.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) advirtió hace unos días que el virus puede esparcirse con el humo hasta a ocho metros de distancia, y destacó que fumar en las terrazas las convierte en lugares inseguros tanto para los usuarios y para los trabajadores de la hostelería por el riesgo de contagio .
Esta norma podría permanecer cuando termine la pandemia por varias razones. Por un lado, el Ministerio de Sanidad estaba trabajando desde hace meses en un endurecimiento de la ley antitabaco que contemplaba, entre otras medidas, ampliar los espacios libres de humo y en su día ya se hablaba de paradas de autobús, del interior de los vehículos, playas, parques, estadios y en las terrazas al aire libre.
Además, una plataforma de colectivos sanitarios (tanto de médicos como de pacientes) reclama que “la transformación de las terrazas en espacios sin humo de tabaco ni aerosoles de cigarrillos electrónicos sea con carácter permanente más allá de la pandemia de la Covid-19, como medida de salud pública, con la idea de evitar la exposición pasiva al humo de tabaco y garantizar el derecho a la salud, recogido en el artículo 43 de nuestra constitución, tanto de adultos, como de niños y como de los trabajadores del sector”. Argumentan también que una encuesta realizada por el Plan Nacional de Drogas mostró que el 76% de la población estaría a favor de acabar con el humo en la hostelería.
Los neumólogos recordaron que el tabaco mata al año en España a 60.000 personas, de las cuales un porcentaje corresponde a la exposición al humo en no fumadores, y se calcula que, en Europa, como mínimo, 22.000 muertes al año son debidas al tabaquismo pasivo.
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