La Cidade da Xustiza revisará los problemas de acústica mientras los funcionarios tiritan a 11ºC
El director Xeral visitó ayer el edificio para reunirse con los sindicatos y asignar despachos mientras afirmó que se buscan soluciones a los problemas detectados
En plena adaptación a la Cidade da Xustiza, la Xunta busca soluciones con el arquitecto encargado del diseño del edificio a las deficiencias que se ha ido encontrando el personal en sus primeros meses de funcionamiento. Ayer mismo, el director xeral de Xustiza, José Tronchoni, visitaba las instalaciones con los sindicatos para asignar despachos e inspeccionar el edificio.
Uno de los problemas detectados el lunes, durante el primer juicio celebrado en la macrosala de vistas fue el de la acústica que provocó las quejas de las partes personadas. Según confirmó Tronchoni, el arquitecto Alfonso Penela revisará esta deficiencia si persiste, ya que el autor de la transformación del antiguo Xeral considera que el eco se amortiguará una vez se llene la sala. No obstante, ante la dificultad de que esto ocurra (tiene capacidad para 70 asistentes), se podrían realizar ciertos arreglos para frenar los problemas de sonido y la transparencia de la parte acristalada que hace que lo que ocurre en el interior se vea desde la primera planta, lugar de paso obligado para el resto de salas.
Respecto a la falta de mostradores en las oficinas de los juzgados, el director xeral aseguró que “ya están encargados, pero al ser por catálogo hay falta de suministros por lo que tardarán un tiempo”. Tronchoni insistió en que hay que esperar a que todas dotaciones estén integradas en el nuevo edificio para su adecuación total.
También confirmó que se están estudiando posibilidades para ampliar las salas de vistas de los penales. Otra de los asuntos sobre la mesa, y que también se abordará es la falta de climatización en el hall de entrada, donde apenas se superan los 12 grados de temperatura e incluso puede bajar hasta los 10, lo que afecta al personal de seguridad y de información, obligados a trabajar tras el mostrador con ropa de abrigo y bufanda. En el mismo espacio se sitúa la macrosala (sala 1), en cuyas puertas la temperatura es gélida.
No obstante, todo está en vías de adaptación, incidió el director xeral, en contacto permanente con el arquitecto para abordar cualquier otro problema que pueda ir surgiendo de aquí hasta el mes de abril, cuando esté a pleno rendimiento. Junto a los mostradores, también se adquirieron estores para colocar en las ventanas de las oficinas y que obligaron inicialmente a utilizar papel en las ventanas para evitar el sol.
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