Quejas en la nueva Cidade da Xustiza: usan papel de horno para protegerse del sol

El majestuoso edificio de la Cidade da Xustiza, que ha supuesto una inversión de más de 40 millones, podría someterse de nuevo a obras de mejora para adecuarse a las necesidades de la oficina judicial. La Xunta no descarta esta posibilidad, si bien está previsto analizarla una vez finalice el traslado de todos los juzgados, tal y como confirmaron fuentes de la Vicepresidencia Segunda. Tras su puesta en funcionamiento con la llegada de más de la mitad de órganos judiciales, personal y usuarios detectaron diversos fallos de funcionalidad. Según pudo conocer este periódico, uno de los asuntos que se ha puesto en conocimiento de Xustiza es el desnivel existente en el hall de acceso y que afecta directamente al personal de vigilancia.

Los agentes que tienen que estar horas de pie en esa zona para controlar la entrada y salida de personal alertaron del riesgo a exponerse a una descompensación de cadera atendiendo a la normativa de Prevención de Riesgos de Laborales. Pero además, si bien el nuevo complejo judicial cuenta con más salas de vistas, ubicadas por plantas, el tamaño de algunas, como en el caso de los penales, es demasiado reducido lo que dificulta garantizar la protección de las víctimas al haber una separación mínima entre el estrado y el público, con plazas muy limitadas. Esta situación obligaría con más frecuencia de la deseada a echar mano de la gran sala de vistas.

A este respecto la Consellería de Xustiza asegura “solo cuando estén todos los juzgados sabremos las necesidades reales, entre ellas, la ampliación de alguna sala de vistas, siempre que la infraestructura lo permita”. La alternativa posible tendría que ser estudiada y validada por el propio arquitecto encargado del proyecto. Añade, igualmente, que todo esto “sin perjucio de ejecutar alguna obra previamente si fuese urgente y preciso”.

El personal también ha puesto en conocimiento de la Dirección Xeral otras quejas, como el hecho de que el inmueble esté repleto de ventanas, como un reclamo de luminosidad, pero ninguna de ellas tenga ningún tipo de persiana o estor, entrando la luz directamente en las pantallas. Durante los días previos al temporal, los funcionarios tuvieron que echar mano de una especie de papel de horno a modo de cortinas para poder trabajar, mientras esperan a la colocación de mostradores de separación en las oficinas. Asimismo, el espacio de la sala de conciliación en el juzgado de lo Social registró recientemente críticas por parte de los usuarios al tratarse de un espacio pequeño y totalmente cerrado.

Las intensas lluvias de los últimos días provocaron otros problemas puntuales de filtración de agua en los archivos, con algunos documentos en papel afectados. Para intentar recuperarlos se ha colocado papel de manos del cuarto de baño entre los expedientes afectados.

Nuevo juzgado

El nuevo año comenzó con la instalación del Juzgado de Primera Instancia 16, que ya está listo para funcionar, tras aprobarse su puesta en marcha para el 31, que fue sábado. El Gobierno dio luz verde a la implantación de este nuevo órgano a finales de 2022, ante los 13.000 asuntos civiles en cola.

El antiguo edificio agoniza a la espera de su transformación

El edificio más antiguo de la calle Lalín está prácticamente vacío, con casi todos sus juzgados funcionando ya en la Cidade da Xustiza. Con grietas en las paredes y ventanas descuadradas, el inmueble se encuentra a la espera de su futura renovación, un proyecto en el que se plantea una transformación para dar cabida a asociaciones y entidades culturales. De momento, se quedará el archivo, porque en él permanecen miles de cajas de archivos que tendrán que ser expurgados o trasladados cuando sea el momento. El Registro Civil se mantiene, a la espera de su mudanza a las intalaciones del Casco Vello y con la incertidumbre del espacio para almacenar todos los tomos con los que cuenta.