Aparece una nueva mariposa en Cíes y ya hay 54 distintas

En Cíes hay a partir de ahora 54 especies distintas de mariposas tras el reciente hallazgo de un ejemplar de “Charaxes Jasius” en un muestreo dentro del proyecto europeo para estudiar las poblaciones de estos coloridos insectos a largo plazo por el Parque Nacional Islas Atlánticas, que gestiona la Consellería de Medio Ambiente. Los ejemplares, según explican los investigadores Begoña Davila y Julio Martínez Táboas, fueron observados en las proximidades del punto limpio de la isla Norte en distintas fechas, entre los meses de agosto y septiembre de 2024, tanto en vuelo como en reposo. Se han evitado las capturas innecesarias, por lo que los ejemplares fueron únicamente fotografiados.

A pesar de que una de las zonas donde se han observado los insectos ha sufrido un gran cambio por diversos trabajos forestales realizados en 2023, tanto en la isla de Monteagudo como en la de Faro se encontraron ejemplares de gran porte, lo que indica la buena aclimatación de esta especie. La primera aproximación a la flora del archipiélago de Cíes se debe al padre Baltasar Merino, que en agosto de 1879 estuvo en las islas por primera vez, en las que encontró plantas nuevas o raras para Galicia, recogidas en su obra Flora de Galicia, publicada en tres tomos entre 1905 y 1909.

En las décadas de 1940 y 1950 el Icona (el instituto estatal de la naturaleza) llevó a cabo la repoblación forestal de la isla, conformando una parte importante de su paisaje. Estas plantaciones se realizaron principalmente con eucalipto y pino marítimo, aunque sería décadas después, a principio de los años 90, cuando se comienza a repoblar con especies autóctonas en algunas zonas del archipiélago, pudiéndose así encontrar áreas con madroños, abedules (Betula celtiberica) o robles melojos, entre otros.

El madroño contribuye a la biodiversidad del ecosistema, ya que muchas otras especies también se benefician de su presencia. Además de ser una especie muy visitada por diversos polinizadores, sus frutos son consumidos por mamíferos y aves que actúan como dispersantes de semillas; otros caen al suelo donde se descomponen, atrayendo a especies como la “Charaxes Jasius”.

Los investigadores coinciden en que la conservación del madroño es crucial para esta especie, ya que proporciona un hábitat esencial y una fuente de alimento para las larvas, asegurando que las mariposas tengan un lugar adecuado para reproducirse y desarrollarse.