Alento celebra su 25 aniversario con una tortilla de 1.700 huevos
La asociación de daño cerebral adquirido agradece públicamente la concesión del Vigués Distinguido y anunció que su próxima meta es abrir un nuevo centro en la zona de Pontevedra
La asociación de daño cerebral adquirido Alento celebrará sus 25 años de historia en la ciudad el próximo día 24 de mayo con un acto lúdico abierto al público en el que habrá música, gastronomía, actividades de concienciación y juegos para niños. Lo más llamativo es que han sustituido la tarta con velas por una tortilla de 150 kilos de patatas y 1.700 huevos, de la que saldrán unas mil raciones. Será la tortilla de patata más grande cocinada en Vigo y costará dos días hacerla, según explicaba ayer Manuel Casal, responsable de El huevo de la Abuela, una empresa familiar que logró entrar en el libro de los récord Guinness por una tortilla de casi dos toneladas que se realizó el año pasado en la fiesta del huevo campero de Melide y la que dieron vuelta con un sistema de grúas y poleas.
Detrás de esta proeza, que aspira a captar participantes en la fiesta que celebran junto a su sede de Navia, está una asociación que se ha ganado a pulso la concesión del Vigués Distinguido por los servicios que presta a las personas con daño cerebral adquirido por un ictus, un traumatismo craneoencefálico, un tumor y otras circunstancias. Comenzó su andadura a raíz del accidente de un joven de 16 años que le provocó un daño cerebral, el hijo de la actual presidenta, Gracinda Pampillón, que contactó con otras personas como Gonzalo Mira, hoy director gerente, para crear una entidad que pudiese atender adecuadamente a estas personas y para luchar por sus derechos. Gracinda Pampillón agradeció ayer en un acto celebrado en la sede de Zona Franca en Areal la concesión del Vigués Distinguido y anunció que su próxima meta es “abrir un nuevo Alento en la zona de Pontevedra para mejorar la calidad de vida de familias y personas que ahora están en sus casas”.
El delegado de Zona Franca, David Regades, fue ayer el anfitrión del acto de Alento en el que se repasó su historia y sus principales logros ante un auditorio repleto de usuarios, familiares y profesionales. “Vigo es una ciudad con valores, que defiende la igualdad y la inclusión y que reconoce el trabajo”, subrayó el delegado.
Beatriz Gándara: “No me podía creer que me diese un ictus”
Beatriz Gándara aspira a participar en el próximo campeonato del mundo de escalada adaptada. Es la responsable económica de Alento, donde trabaja desde 2008, y ayer fue una de las protagonistas del acto porque contó su experiencia personal a raíz del ictus que sufrió en 2018 y no pudo evitar emocionarse al recordarlo. Explicó que era de noche cuando notó que perdía fuerza en el lado izquierdo del cuerpo y se le torcía la cara. Su pareja actuó rápido y llamó al 061, con lo que se activó el protocolo del Sergas. Ella le decía que no podía ser que le estuviera dando un ictus porque era joven y llevaba una vida sana. Al llegar al hospital no paraba de repetir al personal que le atendía que trabajaba en Alento, la asociación de daño cerebral adquirido. “El neurólogo José Luis Maciñeiras me cogió la cara y me dijo: olvídate de todas las secuelas que conoces, te voy a quitar el coágulo”. Lo contó con el doctor Maciñeiras al lado, quien también recordó su sorpresa cuando ella le anunció tras el ictus que pensaba practicar escalada. Con el tiempo se convenció de que este deporte con las adaptaciones necesarias podía ser beneficioso.
Durante el acto se proyectó un vídeo en el que se explicaba el trabajo de Alento con personas que ven su proyecto de vida roto por un ictus y que tienen que empezar de cero. Distintos profesionales mostraron los servicios y apoyos que prestan, y también participó Javier Pitillas, para señalar que Alento y Discamino son hermanos.
Maciñeiras: “En un ictus hay que correr, cada minuto cuenta”
El jefe del servicio de Neurología del Cunqueiro, José Luis Maciñeiras, destacó la “labor encomiable” que realiza Alento con los pacientes con daño cerebral, además de poner en valor las instalaciones de las que disponen en Navia y su equipo “increíble”. Los considera amigos y colaboradores.
Al ser preguntado por los síntomas y las medidas que se deben adoptar, recordó que es fundamental pedir ayuda y correr porque cada minuto cuenta ("el tiempo es cerebro"). Considera que el lema del Sergas “fala, forza, faciana” explica muy bien los síntomas y que se debe llamar al 061 para que se active el código ictus, de tal forma que preavisan al neurólogo antes de que llegue el paciente al hospital y comienzan el tratamiento de inmediato. Lamentó que ahora los pacientes tardan más en llamar que hace tres o cuatro años. “Creen que hay tiempo cuando en un ictus hay que correr siempre”.
Por otro lado, dijo que la atención a día de hoy no tiene nada que ver con la que existía hace una década puesto que no había muchos tratamientos que ofrecer para deshacer o sacar el trombo. “La mejora en la atención al ictus es de las mayores revoluciones de los últimos años en sanidad”. Señaló también que ahora se está iniciando la rehabilitación y movilización temprana de los pacientes.
Preguntado por los retos que quedan, reconoció que falta desarrollar más lo que viene después del ictus y que tiene mucho que ver con la actividad que desempeña Alento para lograr la mejora funcional de los pacientes. Dijo que existe un plan muy ambicioso del Sergas, el Proceso Asistencial Integrado (PAI) del daño cerebral adquirido, que se debe implementar, que contempla medidas en esta línea y requerirá un esfuerzo en recursos humanos. En fecha reciente se incorporaron terapeutas ocupacionales y un segundo logopeda al hospital.
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