“Adiós, Yohanna”, dijo el detenido en Vigo antes de prender fuego a su ex pareja
Sucesos
La policía detuvo a Borja Rial, de Gondomar, gracias a la rápida reacción de la víctima, que logró apagar las llamas
“Adiós, Yohanna”. Con esta sangre fría se despidió ayer Borja Rial, de Gondomar y con antecedentes policiales, de la que había sido su pareja, justo antes de rociarla con gasolina en la entrada de su casa mientras ella se disponía a salir hacia la cafetería que regenta en Calle Regueiro. Con lo que no contaba, probablemente, era con la rápida reacción de la víctima, rodando por el suelo y corriendo hacia la manguera mientras avisaba a sus familiares, que estaban dentro de la casa.
Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana en la vivienda de la víctima –Yohanna Comesaña, de unos 30 años– en Carretera do Portal, Valadares, muy cerca del PTL. Los gritos de ella alertaron a su madre y su hermana, y cuando estas llegaron a la entrada el agresor ya no estaba a la vista."Me mató", decía Yohanna a su hermana mientras la llevaba en coche al Hospital Álvaro Cunqueiro –decidieron hacerlo ellos mismos ya que viven muy cerca de él–, y con las pocas fuerzas que aún tenía para hablar después de sofocar las llamas, le contó quién había sido “con nombre y apellidos”: Borja Rial, su expareja.
Esta entereza y rápida reacción por parte de la víctima permitió a la Policía Nacional detener al individuo mientras huía hacia Gondomar. Además, en el transcurso de la detención, Borja forcejeó con los agentes e incluso trató de agredirlos con un botellín de cerveza.
Una relación turbulenta
La relación entre Borja y Yohanna, como indican fuentes de la familia de ella, era muy turbulenta, “con muchas idas y venidas”. Fueron pareja durante varios años, pero era muy frecuente que discutieran –según el entorno de ella nunca habían llegado a las manos–, haciendo que Yohanna dejase la vivienda que compartía con él en Gondomar y se fuese a vivir con su familia. En los últimos meses se habían recrudecido y ella decidió cortar por lo sano después de que él le prendiese fuego a su coche. Ayer aún se podían ver los restos de ese incendio en la entrada de la casa donde vive Yohanna. A pesar de que ella lo denunció en esa ocasión, hace ya más de dos meses, no fue posible probar su culpabilidad.
Desde entonces, la familia de la víctima cuenta que Borja había estado acechando a su expareja en su propio trabajo en varias ocasiones en las que ella tuvo que llamar a la Policía para hacer que huyera. Incluso comentan que creen que lo vieron rondar su casa el día anterior a la agresión a altas horas de la noche.
Yohanna fue trasladada desde el Álvaro Cunqueiro a la unidad de quemados de Povisa a primera hora de la tarde de ayer con quemaduras en el 30% de su cuerpo, concentradas sobre todo en la espalda y en los brazos. De momento, no se teme por su vida. Por su parte, Borja pasará en las próximas horas a disposición judicial.
Borja ya había sido investigado por la muerte de otra pareja
Borja Rial tiene un extenso historial con las fuerzas del orden. Entre sus antecedentes con la Guardia Civil figuran tráfico de drogas o malos tratos –eso sí, no figuraba en el sistema VioGen que recoge denuncias por violencia de género–, aunque uno de los casos en los que estuvo involucrado destaca entre los demás y ayer era recordado por los vecinos de la zona que conocían su pasado.
Se trata de la muerte de María Isabel Solla, en Gondomar, en noviembre de 2010. La joven, de 24 años, apareció muerta en una habitación con un agujero de bala y en ese momento su compañero sentimental era el propio Borja, a quien se le encontró una pistola del calibre 45 adquirida ilegalmente. En un primer momento, fue detenido por tenencia ilícita de armas y se investigó su posible implicación en la muerte de la joven.
Borja declaró entonces que se encontraba en el exterior de la vivienda que ambos compartían en el barrio de Brandufe (Vincios) cuando escuchó el disparo y, al entrar en el inmueble, ya se encontró a la que era su pareja sin vida.
Las diligencias practicadas por el juzgado de instrucción nunca lograron demostrar la implicación directa de Borja Rial en la muerte a pesar de haber encontrado un arma comprada ilegalmente en su posesión. En base a la autopsia practicada y la declaración del propio Rial, así como las pruebas recogidas en la casa, los investigadores declararon que todo apuntaba a un suicidio y es así como se cerró el caso finalmente. Eso sí, la opinión de familiares y vecinos de Yohanna sobre el asunto es completamente diferente.
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