Mayor probabilidad de vida en Titán tras descartar un océano bajo su superficie
Bolsas de agua cerca del núcleo podrían concentrar nutrientes y favorecer ecosistemas similares a los polares terrestres
Un reanálisis de datos de hace más de una década indica que Titán, la luna más grande de Saturno, no posee un vasto océano líquido bajo su superficie helada, como se había sugerido anteriormente. En cambio, su interior parece estar compuesto por más hielo, túneles fangosos y bolsas de agua de deshielo cerca del núcleo rocoso, según un estudio de la Universidad de Washington publicado en Nature.
El trabajo, realizado con colaboración de la NASA, fue dirigido por Baptiste Journaux, profesor asistente de ciencias de la Tierra y el espacio, y Ula Jones, estudiante de posgrado. Los hallazgos servirán para guiar la misión Dragonfly, programada para 2028, que explorará Titán en busca de indicios de vida y mayor comprensión de su interior.
Revisión de los datos de Cassini y nueva interpretación
Los datos obtenidos por la misión Cassini de la NASA habían llevado a los científicos a sospechar la existencia de un océano bajo el hielo de Titán. Sin embargo, al modelar la luna con un océano global, los resultados no coincidían con las propiedades físicas medidas. El nuevo estudio sugiere que la deformación de Titán bajo la gravedad de Saturno se debe a un interior más viscoso que el agua líquida, explicando un retraso de aproximadamente 15 horas en la respuesta de la luna a la atracción gravitatoria del planeta.
Según Flavio Petricca, investigador postdoctoral del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, la energía disipada en el interior de Titán fue mucho mayor de lo esperado para un océano global, lo que confirma que el interior es distinto de lo que se pensaba. El modelo actual propone aguanieve espesa y bolsas de agua, suficientes para explicar la deformación observada.
Journaux destaca que las propiedades físicas extremas del agua y el hielo en Titán son muy distintas a las de la Tierra, con altas presiones que modifican su comportamiento y podrían concentrar nutrientes en pequeños volúmenes de agua, aumentando la probabilidad de encontrar vida microbiana similar a los ecosistemas polares terrestres.
Aunque la luna no albergaría un océano abierto, las bolsas de agua dulce podrían alcanzar hasta 20°C, lo que permite imaginar entornos habitables más pequeños y localizados. Los científicos advierten que la vida, de existir, no sería de grandes organismos, sino más parecida a microbios o ecosistemas polares de la Tierra.
Estos hallazgos redefinen la comprensión de Titán y su potencial habitabilidad, marcando un paso crucial hacia la próxima exploración directa con la misión Dragonfly.
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