El belén del Hospital Provincial es un homenaje a los pacientes

El Hospital Provincial alberga en su entrada un belén artesanal por Navidad, sencillo y, sobre todo, colocado con un especial mimo.

Ángeles Gutiérrez Cotarelo, auxiliar de clínica actualmente jubilada, es la encargada de montarlo desde hace 30 años. Todo empezó en la sala de paliativos, donde ella ejerció la profesión durante los últimos años. “Comencé a hacerlo más pequeño con algunas figuras mías, pero poco a poco los pacientes se fueron animando y donaron las suyas propias”, explica Ángeles. Así, fue haciendo acopio de cerca de 300 figuras, muchas de ellas, de pacientes que estuvieron ingresados.

Por ello, desde que se jubiló hace 18 años, el nacimiento se trasladó a la entrada principal del Hospital Provincial ocupando un mayor espacio, convirtiéndose en un lugar visible al que pueden acceder tanto visitantes como viandantes. Este año, Ángeles contó con la ayuda de su hermana para su preparación, que les llevó una semana, y el resultado es un conjunto al que no le falta ningún detalle, incluida una cascada, el desierto con arena real, luces, y molino en movimiento.

Para Ángeles no es un trabajo porque “en mi casa había mucha tradición de poner el belén”, explica. De hecho, tres de las construcciones de mayor tamaño están hechas sobre cajas de cartón, acompañadas por palmeras que este año confeccionó a mano la propia Ángeles. Sin embargo, los tres Reyes Magos son un regalo y el ángel anunciador “es una de mis compañeras fallecida”, afirma.

Ángeles procura añadir o colocar cada año un elemento diferente sin olvidar los tradicionales, como un realista castillo de Herodes, y para 2026 prevé mostrar un pueblo hebreo completo. ¿Jubilarse del belén? Ángeles no se lo plantea, de momento. Y eso es un regalo para los sentidos y un homenaje a los ausentes, que empezó como terapia y terminó en forma de estrella.