Zapatero, respaldo a Maduro y el blanqueo de ETA

Publicado: 13 dic 2024 - 22:46

En ese tono de predicador con que se manifiesta, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero acaba de evacuar, y no nunca mejor empleada la expresión en su acepción finalista, dos inconmensurables estupideces por el tono, contenido y forma. La primera ha sido explicarnos lo útil que fue convencer a los del “terror” (y empleamos sus propias expresiones) de que esas mismas ideas en lugar de defenderlas con el tiro en la nuca, se podían exponer (y ya vemos con qué éxito bajo la égida del doctor Sánchez) en el Congreso de los Diputados. Abunda en el tono actual de reducir los efectos del terrorismo y blanquear a quienes defienden las mismas ideas y objetivos que tuvo ETA, con repetidas reafirmaciones como las de Otegi. 8 de septiembre de 2018. Caserío Txillarre de Elgoibar (Gipuzkoa) se reuniera Zapatero con Arnaldo Otegi para “tender puentes” entre Bildu y el PSOE, y ahora acaba de decir que el resultado ha sido excelente. Y lo prueba el respaldo que ha recibido desde ese lado por Pedro Sánchez. Y de los 823 asesinatos de ETA, más de 300 impunes, ni una palabra. Eso no cuenta.

Pero con todo, donde más se ha entretenido Zapatero ha sido en el asunto de Venezuela. La segunda afirmación enfática se refiere a las victorias electorales de Maduro, de quien ejerce como adelantado cónsul en España, con una evidente carga de cinismo e irrealidad frente a la opinión del mundo democrático mundial. Siguen vigentes en Iberoamérica los ecos originados por las palabras del secretario general de la OEA, Luis Leonardo Almagro Lemes, contra el expresidente Rodríguez Zapatero al que llamó el "súmmum de la imbecilidad". Pero hay un dalle que lo dice todo: Almagro es uruguayo y socialista. Se destaca en esta persona haber cuajado una carrera diplomática brillante en todas las partes del mundo y que formó parte del gobierno del presidente Mujica, un icono para la izquierda mundial, por su templanza, sentido de la justicia y su comportamiento personal ejemplar. Su juicio sobre Zapatero se consideró justo, ponderado y oportuno. El “zapaterismo” como fenómeno de estupidez llegó a cuajar fuera de España. Hay una curiosa anécdota al respecto, protagonizada por el entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, cuando llamó a sus ministros y diputados a un almuerzo en el Elíseo y les dijo esto: —A ver tenéis que ser "zapateros". Zapatero dice actuar como mediador en el caso de Venezuela. Pero, ¿a quién representa, quién lo avala y quién lo designó? Y en ese sentido, se recuerda que es huésped ilustre del régimen de Maduro cada vez que lo visita.

Y mientras Zapatero dice que él media con Maduro, Más de 7,7 millones de venezolanos se han tenido que convertir en refugiados y migrantes, según el último informe de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela, que aglutina más de 200 organizaciones -incluyendo agencias de la ONU, organizaciones religiosas y ONGs- para atender a las víctimas del histórico éxodo que sufre el país desde hace años. Se trata del mayor éxodo registrado hasta la fecha en ausencia de guerra, superando incluso las cifras de la masiva migración siria.

Pero Zapatero justifica su papel a favor de la dictadura venezolana alegando que busca evitar una guerra civil, o sea, que se considera a sí mismo un “peace maker” o lo que es lo mismo, de mediador por la paz. Frente al rechazo a Maduro, Zapatero dice que nunca ha intentado buscar otro destino para Maduro y defiende su capacidad de diálogo. Y en el colmo de la osadía inmoral afirma que “ha ganado muchas elecciones”. Y en cuanto a la adulteración de las últimas se limita a afirmar que es un tema a debate, pese a las evidencias del secuestro de las actas. Y llega a decir, cuando le preguntan si Maduro es un dictador o un demócrata que “es un debate muy intenso puesto que en Venezuela hay un conflicto político que se arrastra desde hace décadas”. Se atribuye a él mismo un papel como si fuera un mediador de la ONY y afirma: Y para no reconocer los hechos que el mundo civilizado condena arguye que él debe ser prudente porque el asunto lo requiere. Por lo visto hay dos modos de entender la democracia, la general, y la de Venezuela de Maduro y Zapatero.

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