Vigo y Porriño

Gracias sobre todo a Porriño, la comarca de Vigo ha alcanzado su máxima población de la serie histórica en la suma de los 11 ayuntamientos que la conforman, todos en el entorno de la ciudad. El área metropolitana, que existe aunque no funciona, suma tres ayuntamientos más, Cangas, Moaña y Salvaterra, y con todos ellos se acerca a la cifra mítica del medio millón de habitantes, de los que unos 300.000 residen en su capital, es decir, en la Fiel y Leal.

Porriño ha pegado una subida espectacular en los últimos diez años pese a tener casi todo en contra. Para empezar, un centro urbano complicado y bastante desordenado, lastrado por el paso del ferrocarril con un paso a nivel de los que ya no existen en ninguna otra parte de España. Y que va a continuar durante mucho tiempo más. Nunca me acabé de creer del todo que el proyecto presentado por el Gobierno para su supresión iba a ir adelante y esta semana se confirmó que, en efecto, como el AVE por Cerdedo o la Biblioteca del Estado de Vigo, ha vuelto al armario del urbanismo de papel, donde seguirá quién sabe por cuanto tiempo. Una injusticia galopante además de un peligro. Y pese a ello, y al clima mucho más duro que en Vigo, el desarrollo permanente de los polígonos industriales que le dan músculo, pero limitan sus opciones de ordenación, Porriño ha conseguido crecer con fuerza. Es posible que su joven alcalde tenga algo que ver, aunque el impulso ya llega desde hace años.

La comarca de Vigo es la primera de Galicia en población, aunque la de Coruña aprieta y el IGE apunta en que en 2030 habrá empate y después victoria de las Rías Altas sobre las Baixas. Es probable, pero no seguro. El futuro está por escribir y depende de las decisiones que se toman hoy, no todas ellas acertadas, como resulta visible.