Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Así de rotundo: Navia es la única oportunidad real a corto plazo de cambiar la tendencia negativa de Vigo y que miles de jóvenes puedan inventar desde cero un barrio de calidad, próximo a la playa y unido a Coia. Son 1.600 viviendas pensadas para unas 4.500 personas que antes de dos años estarán listas para ocupar. Una vez terminado, nacerá un núcleo residencial del tamaño de un municipio como Mondariz que permitirá expandir la ciudad hacia Samil, con un acceso directo desde la avenida de Europa, todavía una carretera, pero algún día una vía urbana preferente peatonal y para vehículos. No es utopía, sino obras en marcha. La primera urgencia de Vigo es conseguir vivienda asequible y eso solo se logrará con la iniciativa privada, a través de las posibilidades del nuevo Plan General, y sobre todo la pública, con el desarrollo de polígonos por parte de la Xunta, tres en marcha con unos 5.000 pisos, el primero de ellos en la ampliación de Navia. A esto habrá que añadir lo que pueda aportar por su lado la nueva empresa municipal de vivienda.
Es cierto que en los años anteriores la construcción pública ha estado parada o avanzado con extrema lentitud, por falta de iniciativa política y por el muro administrativo que ha llevado a que la segunda fase de Navia se haya eternizado. Ha habido un cambio de paradigma y ahora la vivienda es lo primero: urge para extender Vigo, evitar que miles de jóvenes se marchen de la ciudad a otros ayuntamientos y enterrar el invierno demográfico que se ha instalado y ha convertido esta ciudad en arquetipo. Y no hay más: el resto son soluciones mágicas, propias del populismo.
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