Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
El Verbum hace mucho que no daba más de sí, probablemente desde el mismo día de su apertura, que fue un éxito con miles de visitas y también el principio y el final, porque el promotor, Carlos Príncipe, dejó a continuación la política y sus sucesores ni entendieron la Casa das Palabras ni quisieron saber nada del artefacto museístico. Finalmente, el recorrido llegó a su final y el edificio diseñado por César Portela se reconvertirá en el Museo de la Historia de la Ciudad, lo que supondrá al mismo tiempo despojar al pazo de Castrelos de dicha condición, que ejercía bastante bien, aunque de forma oficiosa.
En el Verbum estará a partir de ahora el desarrollo de Vigo desde sus inicios en el mundo megalítico, para continuar con la huella visible aún de los habitantes castreños de cultura celta, la llegada de Roma, que supuso la verdadera fundación de Vigo, y todo lo que vino a partir de ahí, que fue mucho, a veces bueno (Reconquista, el desarrollo exprés del siglo XX gracias al emprendimiento y a su potencia industrial) y otras no tanto (pestes, invasiones, incluso abandono durante décadas y sobre todo la pérdida de la capitalidad). Hay material de sobra para montar una exposición de peso. En Madrid hay un museo de la villa excepcional y muy interesante que podría servir de modelo, teniendo Vigo una historia antigua mucho más larga que la capital, un asentamiento más reciente.
Vigo necesita contar con un espacio para reconocerse a sí mismo y Samil puede ser el lugar perfecto por múltiples razones. Se me ocurre que el Verbum histórico podría incluir piezas originales o reproducciones del Pergamino de Martin Codax, de los galeones de Rande y sus cañones, hoy a la intemperie en el Castro, o la maqueta de la ciudad que proyectó el genial Antonio Palacios como la Barcelona del Atlántico que nunca pudo ser.
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