José Teo Andrés
De paseo con zombies
Los ministros de Sumar están cabreados y, sobre todo, preocupados de que los escándalos del PSOE les manchen. Han exigido una reunión de urgencia que la cesante, Pilar Alegría, se ha tomado a pitorreo y a Bolaños le ha servido para hacer una declaración de amor a Yolanda en los pasillos del Senado.
Y es que, lo peor, es amagar y no dar. No se puede comparecer pidiendo una remodelación del Gobierno, que te digan que no y aquí no ha pasado nada. Porque, igual que dañó al ala socialista de Moncloa, la mala gestión de Irene Montero con la Ley de "solo el sí es sí", que bien se apresuraron raudos a corregirla, los casos de corrupción y acoso sexual les pasarán factura.
Las declaraciones de feminismo, cuanto más vehementes menos credibilidades tienen, si no se demuestran con hechos. Y el voto femenino empieza a estar cansado de tanta proclama sin fundamento, de tanta marcha detrás de la pancarta. Pero luego los violadores están en la calle, fallan las pulseras anti-maltrato y siguen subiendo los asesinatos de mujeres a manos de hombres que las creían de su propiedad.
Prueba de la escasa preocupación de Pedro Sánchez por las "exigencias" de sus socios de coalición, son sus declaraciones en los corrillos de periodistas, con motivo de la copa de Navidad, no solo no mencionó el tema, es que dejó claro que su objetivo es recuperar a Junts, tranquilizar a Esquerra, y así, acabar la legislatura.
Y todo esto, que solo representa las estrategias de ambas formaciones para mantenerse en el poder, no es lo grave. Lo verdaderamente preocupante es que la pérdida de credibilidad y el desapego de la ciudadanía va a conducir, inexorablemente, al crecimiento de la extrema derecha.
Porque los votantes desencantados con la izquierda se van a quedar en su casa el día de las elecciones generales y, cuanto más se dilate la convocatoria, peor. De nada sirve ofrecer el regalo de un bono bus si las explicaciones sobre lo ocurrido con los personajes que le apoyaron para volver al poder no convencen.
El PP, que se mostraba eufórico por los escándalos del PSOE, no consigue, sin embargo, atraer a los descontentos. De hecho, Feijóo ya admite que ve lejana la mayoría absoluta en Extremadura. Así que tendrán que tragar con las exigencias de Abascal sobre inmigración, y demás recortes en derechos y libertades.
Igual que Chile ha vuelto a los tiempos de Pinochet, aquí vamos a volver a los de Franco y sabemos quiénes van a ser los responsables...
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