La segunda institución

Publicado: 19 ene 2023 - 00:29

La Autoridad Portuaria es la segunda institución en Vigo, cada vez más visible. Bueno y malo. Durante años solo era la granítica Junta de Obras del Puerto, un cargo técnico cuya trascendencia no iba más allá de la valla que delimita los muelles. La cosa cambió primero con la llegada de Elena Espinosa, que luego hizo carrera, y ya continuó con la mayoría de sus sucesores, que llegaron al puesto pensando además en otra cosa. A partir de entonces, el Puerto se convirtió en un instrumento económico y social formidable, por su incidencia sobre la economía y la industria y también sobre la propia ciudad, y además en ariete político como trampolín hacia el Concello y contrapoder. Lo intentó el primero Juan Corral, y más tarde Abel Caballero y Corina Porro -en viaje de ida y vuelta- y ahora Vázquez Almuiña, cada uno de ellos con distinta suerte y todos ellos estirando su presencia en la Autoridad Portuaria lo máximo posible. Corral se quedó hasta que se iniciaba la campaña; Caballero cesó oficialmente el mismo día de las elecciones aunque ya llevaba un mes fuera y Porro dejó el puesto un poco antes. A partir de mayo será el turno para otro presidente, muy probablemente en función del resultado de las municipales. Se abren apuestas.

La conclusión es que el Puerto puede morir de éxito y dejar de ser un fin en sí mismo y un destino interesante para convertirse en estación de paso hacia otros horizontes. Desde la presidencia de la Autoridad Portuaria se puede influir en el turismo marítimo, en el desarrollo de la fachada ante la Ría y por supuesto, y por encima de todo, en la industria local. Un Puerto ineficiente supondría la condena de Vigo, y la competencia acecha, desde el norte y el sur. El Puerto es el termómetro de la economía de la ciudad, su área metropolitana y en buena parte de Galicia: el 50 por ciento de las exportaciones e importaciones de la comunidad gallega pasan por los muelles de Areal, Guixar y Bouzas. Nada menos.

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