Sahara y Timor, justo lo contrario

El Concello de Nigrán cargaba esta semana un camión entero con alimentos y suministros rumbo al Sahara, donde toda ayuda es poca dada su situación doblemente comprometida. Por un lado, porque los campamentos de refugiados se encuentran en lo más duro del desierto argelino. Por otro, porque la causa saharaui naufraga ante el triple apoyo de Estados Unidos, Francia y el Gobierno de Doc PS al sátrapa marroquí. Poco pueden hacer los saharauis, salvo tragarse la autonomía a la carta de rey, que no es sino un estatuto otorgado donde el monarca absoluto podrá hacer lo que quiera. No se plantea una autonomía como las españolas sino la autonomía que quiere Marruecos, es decir, ninguna: desarmar al Frente Polisario, acabar con el reconocimiento internacional de la República Saharaui, fundadora de la Organización Africana, y en definitiva, lograr una rendición completa. Que Francia lo haga parece normal: Marruecos es su aliado y no quiere ningún país de la órbita hispana en un territorio que siente como propio y donde ha actuado con un visible neocolonialismo hasta la llegada de los rusos. En cuanto a Trump, qué se puede añadir.

Se podría decir que la acción de Doc PS y su ministro de Exteriores resulta inaceptable, pero es mucho peor: un error. Marruecos se quedará con todo el Sahara y va a tener más argumentos para seguir presionando en Canarias y las ciudades del Norte. Y todo esto lo hace Doc PS con la oposición manifiesta de la mayoría del Congreso de los Diputados. Por una vez ha dicho una verdad: va a seguir en la Moncloa incluso con el legislativo en contra. Para quien todavía se crea que no tenía otra opción, recordemos el papel de Portugal con Timor-Este, una pequeña colonia en Asia que fue ocupada por Indonesia, uno de los mayores países del mundo, con 200 millones de habitantes. Portugal nunca cedió a los cantos de sirena y mantuvo la causa con firmeza en todos los organismos. Hoy Timor es un país independiente. Así se escribe la Historia.