Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
Volvemos a la Sibila Délfica del IGE (el instituto estadístico gallego) y sus previsiones. Aunque el futuro no está escrito, las decisiones de hoy cimientan el futuro y conducen de forma inevitable a un resultado. Así que podemos estar bastante seguros de algunas cosas que sucederán y otras, en cambio, son una incógnita (el AVE a Oporto o la construcción de la autovía a Porriño). Podemos predecir bastante bien que en 15 años habrá más del doble de vigueses en edad de jubilarse que menores de 20 años. Y también que la longevidad continuará creciendo, así que cada vez será más habitual que las calles se pueblen de nonagenarios en buenas condiciones, un 60 por ciento más que ahora, y de centenarios, el doble. Vigo se convertirá en ciudad de servicios, con lo que esto significa, y donde la población trabajadora será menor que la que percibe salarios públicos como pensionistas, funcionarios o desempleados. Una ciudad que tendrá más de 300.000 habitantes, algunos más que la actual, y que continuará siendo la más poblada de Galicia, pero no así su área metropolitana ante el fuerte empuje de A Coruña en todos los sentidos. El área coruñesa ya es la primera en número de empresas y en renta de las familias y también lo será en habitantes, probablemente como resultado de lo anterior.
En Vigo habrá cada vez más población nacida en el extranjero, porque la natalidad no va a mejorar, si bien el IGE apunta a que se mantendrá, pero a niveles tan bajos como los actuales, lo que va a provocar el cierre de más centros escolares.
Esto cuenta el IGE. ¿Hay alternativa a estos recuerdos del futuro? Sí, apostar ahora por una ciudad industrial e innovadora, cada vez más cómoda para los locales y atractiva para los visitantes.
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