Como piedra en ladera nevada

Como suele ocurrir en estos casos, una vez que salta la liebre, la situación adquiere más proporciones de jornada en jornada como esa piedra que se desprende y comienza a rodar cuesta abajo sobre una ladera nevada y termina convertida en un alud que se lleva por delante todo lo que pilla de camino al llano. Así está ocurriendo con el espinoso y desagradable asunto del asesor socialista Paco Salazar, al que señalan varias denuncias internas de compañeras de trabajo en las que se manifiesta que el aludido se paseaba por las oficinas del partido con la bragueta abierta, se comportaba muy audazmente con sus compañeras de trabajo, les enviaba correos subidos de tono e incluso se distinguía por practicar un número de mimo muy comentado que representaba una felación sin que nadie se lo pidiera y sin venir a cuento.

Y como suele ser habitual, cuando el silencio se rompe y la chispa salta, comienzan a unirse a la denuncia pionera denuncias que estaban en prudente letargo y se lía bien liada. Ayer, los dedos acusadores se volvían hacia José Tomé, presidente de la Diputación de Lugo y alcalde de Monforte de Lemos, al que ya le han salido seis denuncias por acoso sexual una de las cuales es una denuncia ya veterana que parece se dejó sin atender en su momento y de la Patxi López, al que el destino le obliga a asumir el desventurado papel de explicador de situaciones tan desagradables como las que se van amontonando en el zurrón del partido gobernante porque es el portavoz del PSOE en el Congreso y no le queda otra, no sabía una palabra o eso dijo al menos. El rostro del dirigente vasco va acercándose más cada jornada a una máscara de carnaval ourensano pero no le queda otra porque este trago permanente al que tiene que someterse sin argumentos que valgan y desnudo como los hijos de la mar, forma parte del sueldo que cobra y el sueldo no debe ser manco.

Evidentemente, sujetos que no pueden remediarlo y se consideran muy marchosos y muy divertidos acosando mujeres en situaciones públicas o privadas los hay en todas partes. Lo que rechina cada vez más es la nula contundencia que ha mostrado el PSOE para erradicarlos. Un partido que se ha envuelto en la bandera de la igualdad y que hace gala de ello, no solo debe serlo sino parecerlo. Y lo parece cada vez menos.