Las obras eternas de la A-52: ¿Quién multa al Ministerio?

Publicado: 21 jul 2024 - 03:37

Se van a cumplir dos años desde que el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana resolvió acometer un necesario programa de reacondicionamiento y mejora en la autovía de las Rías Baixas que comunica las ciudades de Vigo y Ourense. El motivo más urgente y que imponía con carácter principal un calendario de actuaciones en la sumamente transitada A-52 era la inaplazable puesta a punto de su drenaje, parcialmente deteriorado por las condiciones climatológicas que soporta esta vía y el intenso uso, dos agentes que habían causado un notable deterioro en la infraestructura y cuya influencia, a la larga, podría representar un peligro para los usuarios. Al fin y al cabo, la A-52 es la vía de comunicación clave entre Vigo y Ourene, un eje de excepcional importancia en aspectos tan destacados como el transporte, el comercio, el turismo, así como el intercambio poblacional con miles de vehículos circulando a diario por la misma, además de ser la vía de conexión con el resto de España.

Entre todas las actuaciones destacan las reparaciones de la autovía puestas en marcha entre Ponteareas y el túnel del Folgoso, que cumplen ya su segundo verano sin que el departamento haya puesto en marcha un plan para cumplir con el calendario previsto, acumulando demora tras demora.

La historia se resume, desde hace más de un año, en semanas y semanas con carriles cortados, desvíos y muchos días sin operarios ni maquinaria, mientras los sufridos conductores soportan un día tras otro las colas, atascos y molestias de todo tipo. Urge afrontar con la mayor decisión y la más solvente y apasionada energía la coronación de un programa de obras que debería estar sobradamente finalizado hoy, con el recorrido resuelto y disponible para ser utilizado a pleno rendimiento para los vehículos que la utilizan masivamente.

Los errores y la falta de previsión de un ministerio de la importancia e influencia del departamento de Transportes ha ocasionado quebrantos y pérdidas injustificables a los damnificados por este incomprensible y lesivo comportamiento. ¿Semejante falta de cálculo, semejante desidia, un comportamiento tan incalificable que ha superado con creces la frontera del abandono y el desprecio se produciría si las obras de reacondicionamiento de una de sus vías de comunicación principales se produjeran en otras latitudes del territorio nacional?

Y al amparo de esta duda capaz de señalar al ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de incompetencia, puede también considerarse lícita la acusación y la exigencia de explicaciones a sus dirigentes en su más alta jerarquía. Desgraciadamente llueve sobre mojado, y cabe recordar que Óscar Puente, titular del departamento y personaje puesto en evidencia por la acritud de su carácter y sus nulos deseos de atender peticiones, satisfacer necesidad justas, desempeñarse con equidad y cumplir con sus compromisos, se estrenó como ministro aconsejando a los vigueses que pidieran el AVE a los Reyes Magos. Los conductores y usuarios de la A-52 sufren y deben cumplir las normas, expuestos a duras sanciones si no lo hacen independientemente del lamentable estado y circunstancias de la vía. En cambio, el incumplimiento sistemático de las obligaciones y deberes de los responsables de la misma se queda en nada. ¿Quién multa al Ministerio por todo ello?

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