El motín
Son las mejores profesionales en lo suyo y así las seleccionan ellos. Ellas juegan, sudan, ganan títulos y medallas. Quienes confían en ellas son hombres, los seleccionadores nacionales y a ellas ni se les ha ocurrido cuestionarles por su sexo, ni exigir una seleccionadora/capitana. Pero ellos deben pensar que son distintos, que pueden imponerse a designios superiores. Quizá porque sea uno de esos deportes en los que los seleccionados además de todas las declaraciones de orgullo y esa cosas, pueden decidir si van o no a defender los colores nacionales, según les convenga a sus intereses personales. Los tenistas españoles se han amotinado contra su capitana. Cuando se sofoque, la pena no puede ser otra que el desprecio.
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