Las dos de Aznar

Hizo bastantes cosas mal Aznar, sobre todo en su segundo mandato ya con mayoría absoluta, donde se le fue la cabeza, boda de su hija en El Escorial incluido. Pero también cosas muy interesantes. Una, querer convertir en norma un máximo de dos mandatos: cuando pudo hacerlo y teniendo el viento a favor, renunció a presentarse una tercera vez, aunque no renunció a cierto poder al elegir, vía dedo, a Mariano Rajoy, que era la única opción real. Zapatero cumplió, probablemente a su pesar, con esa norma no escrita, y el propio Rajoy solo tuvo dos mandatos, el segundo liquidado vía moción de censura. Y en eso llegó Mr PS…

Pero fue en el ámbito de Vigo donde Aznar se portó especialmente bien, mejor que la mayoría de presidentes antes y después. En su primer mandato, en minoría, aprobó una norma por la que se descentralizaban las audiencias provinciales y podían abrirse salas fuera de las capitales, como así ocurrió. Lo que Vigo llevaba pidiendo años. La medida se extendió a otras ciudades, pero parecía claramente dirigida a Vigo y si acaso a Gijón y poco más. Fue un cambio radical que al PP le costó la alcaldía de Pontevedra durante los últimos 25 años y que abrió el camino a que Vigo disponga de otros servicios “provinciales” como los juzgados especializados, los registros o las dependencias de Tráfico y otras.

La segunda decisión surgida de su dedo fue apostar por instalar en Vigo la Agencia Europea de la Pesca, en concreto hace 21 años, en diciembre de 2023, el mismo día en que Corina Porro era investida como la primera alcaldesa democrática y la segunda de la historia. Creo que tampoco se ha valorado suficientemente lo que supuso: en resumen, coronar oficialmente a Vigo como la capital real de la pesca europea, su referente oficial. Nada menos.