Opinión

EL ARTE EN VIGO

Don Laureano D. Cao-Cordido, -que sigue con nosotros-, contestó a todos los que llamaban a Vigo poco amante del arte, que traía a todas las compañías teatrales costosas, que solo cuando visitaban la región gallega tan sólo aquí se defendían bien; los empresarios en negocios de tal fuste, volvían los ojos a Vigo como tierra de promisión... Los vigueses no reparaban nunca en los precios de un espectáculo que entrañe arte puro. Este sentido aristocrático del arte, sin mezquindades, era y ha sido hasta ahora ?acertó Cao-, fue motivo de orgullo para nosotros.


'En cultura musical ?escribe don Laureano-, Vigo nada tiene que envidiar a otras poblaciones de su categoría, muchas de ellas con un aval cultural levantado en el pasado. Cuenta nuestra ciudad con una Sociedad Filarmónica tan pletórica de vida que las listas de socios hace mucho tiempo que están cerradas por estar totalmente cubierta la cabida del teatro en que se dan los conciertos. Contratados por esta entidad musical, desfilan por Vigo las mejores agrupaciones líricas, los más afamados concertistas. Y el arte de unos y otros y sus méritos son aplaudidos con entusiasmo.'


En Vigo han expuesto sus obras los más distinguidos pintores gallegos y otros muchos artistas no nacidos en nuestra tierra. Y la prensa y el público han contribuido a alentar al artista, a estimularlo para el trabajo. ¿En dónde está esa falta de ambiente artístico que se nos achaca?


Escribió Cao la siguiente frase: 'El nivel cultural de Vigo está a la altura de su progreso material. Tampoco nos vanagloriamos de hombres sapientes ni creamos nuestros centros culturales con ditirambos pomposos. Pero en Vigo se lee, se estudia y se medita. Díganlo sino las casas editoras de libros.'


Y termina: 'Si algún defecto se puede imputar a los vigueses es cierto individualismo que desaparece inmediatamente cuando las empresas se lo merecen Su individualismo es simpático ideológicamente visto. Son hombres tan seguros de sí mismos que no necesitan grandes agrupaciones para lanzarse en persecución del éxito, de la fortuna. sin vacilaciones. Espíritus que obtienen siempre el galardón merecido.' (Dejando su sorna escrita: '¿Quién dijo que «las águilas van solas y los borregos en rebaño»?

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