Opinión

Conocen lo que pensamos

En los primeros teléfonos móviles se descubrió que había un canal libre, se dijo que fue usado para los mensajes ’SMS’, nadie volvió hablar de ello, aunque todo se guardaba en la tarjeta y posteriormente en la nube, seguían siendo accesibles. El gobierno español compró El Sistema Integral de Interceptación de las Telecomunicaciones (SITEL), siempre negó que se utilizara, y que sólo era para vigilar a personas sospechosas y con permiso judicial. Todos los gobiernos han dicho lo mismo. Prácticamente todos tienen sistemas para controlar en mayor o menor medida a sus ciudadanos. El más famoso se llama Pegasus (Israel), es el que más ha actuado según investigaron 17 periódicos, entre ellas ‘The Washington Post’ y ‘Le Monde. Los que lo usan lo niegan. 
Los teléfonos inteligentes (Smartphones) han  abierto un ‘camino’ para que otros puedan conocer lo que guarda nuestro teléfono. Richard Stallman dijo: “los móviles serían el sueño de Stalin”, y añado de otros dictadores, e incluso de demócratas convencidos. Con la llegada del ’5G’ (el más moderno sistema de transmisión de comunicaciones), y con el ‘big data’ repartido, es más fácil acceder a toda la información de nuestros teléfonos, la localización y el contenido de conversaciones, incluidas las de las ‘redes sociales’. Añadamos la información que se recoge por todo tipo de cámaras instaladas, y los pagos realizados por tarjetas, y veremos la cantidad de información que tiene sobre cada uno de nosotros.
Unido con la Inteligencia Artificial (IA) podemos imaginarnos cómo nos conocen. Esta permite distinguir entre un grupo de personas a una determinada. Un elemento sencillo son unas ‘gafas’ que trasmiten en décimas de segundo la información de la persona, incluso de la que tiene algún problema con la justicia, es usada en China para localizar disidentes. Scanners e interface computador cerebro permiten el acceso a los pensamientos. Elementos usados por gobiernos y espías, algunos pueden escuchar a través de paredes, e incluso ver lo que está dentro. Es el “brain hacking’ o ‘Piratería cerebral’, nada moderno puesto que CIA (EEUU) desde el fin de la Segunda Guerra Mundial usó el ‘proyecto ‘MK Ultra’ para experimentar y tratar de conocer los pensamientos. ¡No podemos permitirlo!.

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