Grokipedia versus Wikipedia

Publicado: 15 nov 2025 - 01:30

Como la gran Encyclopédie francesa de la Ilustración, la idea inicial de Wikipedia fue plenamente liberal: cooperación mediante acuerdos voluntarios en un orden espontáneo del conocimiento. Si mucha gente escribe, corrige y debate las versiones, lo publicado se irá acercando a la neutralidad ideológica o al menos al consenso general. Lo genial de Wikipedia y de toda herramienta descentralizadora, era lo difícil que sería sesgarla. Dos décadas después, las cosas no han sido así. La propia Wikipedia reconoce que su comunidad de editores está formada por un grupo de perfiles relativamente homogéneo, algunas de cuyas características modales son: varón joven, tecnófilo y de países desarrollados. Esto crea “sesgos sistémicos”: hay asuntos sobrerrepresentados y otros infrarrepresentados, y cuando un tema está bajo control de un grupo reducido de editores con una ideología similar, el sesgo se nota. Esto explica por qué en los artículos más políticamente sensibles se percibe una visión de izquierdas: no porque haya una conspiración formal, sino por las características comunes del grupo de editores. Si quienes gestionan una página de economía creen que el Estado debe corregir el mercado, es probable que las fuentes que consideren fiables sean las que confirman esa visión. Y como el sistema premia a quien tiene más tiempo y paciencia, sus visiones se consolidan. Así, el contenido termina por abandonar la centralidad ideológica y responder a la visión de la élite editora. Es el viejo problema de la pretensión de conocimiento de Hayek: se fuerza un marco general al que se reconoce una supuesta neutralidad, y se tildará todo lo demás de desviación.

Wikipedia tiene ese talón de Aquiles. Pero eso no significa que la alternativa empresarial centralizada y top-down sea mejor. Elon Musk ha ido construyendo, alrededor de X y de xAI, un ecosistema de información y generación de contenidos que culmina en Grok y Grokipedia: una enciclopedia apoyada en IA, con actualización en tiempo real y con la supuesta promesa de tener “menos sesgo”: una IA que ve la web completa, que no está cautiva de wikipedistas militantes y puede corregir rápidamente los errores o los sesgos deliberados sin esperar a que los editores en liza resuelvan sus diferencias. ¿No es superior? En comparación, Wikipedia queda como un dinosaurio. Pero aquí surge el problema de fondo: se pasa del sesgo difuso de una comunidad ideológica de miles de personas que dedican tiempo a luchar por parcelas de edición, a un sesgo centralizado: el del propietario de la plataforma. Sólo se cambia un sesgo por otro peor, por ser más dependiente de una persona o de una élite más reducida que la comunidad de editores: el conjunto de personas que deciden las reglas que empleará Grokipedia para ofrecer su verdad. Grok ya ha mostrado que, según cómo se entrene y qué línea marque la dirección, adoptará posiciones políticas concretas. Si el mismo grupo controla también esta nueva enciclopedia, “neutralidad” acabará siendo “lo que crea Musk que es verdad”. Y este señor, muy sesgado hoy, es proclive a cambiar de visión.

Wikipedia, con todas sus carencias, es al menos un terreno de batalla: si un artículo se tuerce hacia un lado (y a veces varía mucho el sesgo al cambiar simplemente de idioma), se puede entrar y pelear contra la versión existente, aportar fuentes, abrir un debate y quizá equilibrar el artículo. No siempre funciona y a veces el que gana es el que tiene mayor disponibilidad, pero al menos el mecanismo existe. En una Grokipedia bajo el control de una empresa concreta, ¿con quién peleas por una versión diferente? La enciclopedia tendrá un sesgo que dependerá de qué cánones se usa, qué normas, qué tono… qué temas se privilegian, a qué visiones se da más cancha. El usuario ya no está en un foro abierto, sino que acepta o no el producto final. Y por el “efecto Internet”, tendrá que asimilar la versión Musk de la realidad, pues será la imperante, la comúnmente empleada en el mundo. Si hoy Musk controla ya buena parte de la generación de estados de opinión mediante X, mañana podría ser también el dueño y señor de las “verdades” básicas que consumirá la humanidad. Depender de la benevolencia de un solo dueño no es mejor que depender de la de una comunidad de editores, aunque en ella existan activistas. A fin de cuentas, Musk ha demostrado ser precisamente un activista muy militante.

Wikipedia sufre un sesgo de composición (los que escriben se parecen demasiado entre sí), pero Grokipedia padecerá un sesgo de planificación (lo que se publica refleja las preferencias del dueño que entrena la IA). El liberal siempre desconfió de los proyectos guiados por un planificador omnipotente. La solución no es ni la macroenciclopedia de un magnate digital ni resignarse a que unos cuantos wikipedistas marquen la línea por tener más tiempo y ganas, sino fomentar la pluralidad de fuentes y repositorios del conocimiento organizado, transparentes y criticables entre sí. Esa competencia entre narrativas, y no su sustitución por un oráculo único, es lo que mantiene viva la libertad intelectual.

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