La gloria mundana

Publicado: 18 sep 2025 - 03:22

Que a Vinicius le ha abandonado el desodorante es una conclusión que no admite duda. El astro brasileño entró en barrena desde que fue nombrado aspirante al Balón de Oro –el Madrid de aquel momento se negó terminantemente a asistir a la gala final dolido por la exclusión de su jugador- y desde entonces no ha sido el mismo como acreditan los datos que resumen la actuación del futbolista a partir de ese momento que debió sumirlo en un estado de frustración del que sin duda no se ha recuperado todavía. Vini ha sido titular en tres de los cinco partidos jugados por su club en dos competiciones, ha marcado dos goles y está muy lejos de los registros cosechados en su época de esplendor hace dos temporadas, cuando un gol suyo, por ejemplo, lo convirtió en campeón de Europa, y sus carreras y regates constituían la máxima herramienta goleadora de su equipo.

A la espera de que recupere pulso, la suplencia del extremo brasileño no solo ofrece materia para la discusión futbolera que en tiempos solía mostrar su máximo esplendor en la barra del bar o en la peluquería, sino en reflexiones más hondas sobre la condición humana, el poder y la gloria que tanto nos atormenta. Vinicius ha pasado en dos años de ser el amo del Real Madrid, adorado por sus hinchas, sometido a los máximos cuidados, rodeado de personajes que lo consideraban un ídolo, a sentarse en la segunda fila del banquillo y contemplar los partidos en los que antes ejercía su reinado con el gesto huidizo y la mirada perdida del que ha dilapidado malamente todo el capital de fama y poder en el que antes ejercía su oficio. Ya no es el bocas desafiante y osado que todo lo tenía, sino un futbolista de segundo escalón que habrá de trabajar muy duro y en silencio para recuperar al menos una parte del prestigio perdida. El hecho da que pensar y propone una estampa que puede valer como recordatorio de la fragilidad que nos persigue y distingue.

La situación no estaría de más que la estudiaran los políticos incluso los que son madridistas perdidos como yo mismo entregado desde niño al madridismo. “Sic transit gloria mundi” debería repetirse en la soledad de su santuario el presidente Sánchez antes de ponerse el traje y salir a ver que se le ocurre para dominar el día. No es del Madrid pero no le vendría mal estudiarse el caso Vini.

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